La destitución de Enric Daza como concejal de Urbanismo de Cambrils cayó como una bomba. La acción, consensuada entre los otros tres socios (PSC, ERC y ECP), dejaba al gobierno municipal en minoría y abría una nueva crisis en el municipio de El Baix Camp. Con todo, mantenía la mano tendida a las otras dos concejalas de Junts.
La pelota quedaba en el tejado de la formación posconvergente y de las dos ediles. Finalmente, esta mañana ha llegado la respuesta donde los juntantes cierran filas con sus representantes. En primer lugar, defiende a Enric Daza y aseguran que confían en "su capacidad y compromiso con nuestra ciudad". En el comunicado, reivindica la labor de los concejales dentro del gobierno municipal y expresa un "apoyo incondicional" a los tres por igual.
El texto, sin embargo, se moja muy poco y lo deja todo abierto. Por un lado, afirma que los tres concejales "seguirán trabajando desde su posición para defender los intereses de Cambrils". Y añade que tienen el compromiso de "mantener un diálogo abierto y constructivo con todos los sectores y vecinos". La Ciutat ha intentado contactar con Daza para conocer más detalles sobre los próximos pasos, pero de momento ha declinado hacer declaraciones.
El desenlace del nuevo serial camagüeyano estará probablemente en manos de Oliver Klein y Nuevo Movimiento Ciudadano, el primer partido en el pleno. Según recoge Revista Cambrils, de momento se están produciendo reuniones para analizar la situación y el exalcalde pide un "cambio de rumbo".
El gobierno queda en minoría
El cuatripartito sumaba por los pelos mayoría absoluta y la salida como mínimo de Daza los deja desprotegidos a las puertas de aprobar los presupuestos. El detonante de su expulsión fue la rueda de prensa de la semana pasada, en la que rechazaba la contratación de un gerente en el Ayuntamiento. Según el alcalde, la falta de compromiso y lealtad del ya exconcejal de gobiernos, así como varios episodios "han hecho inviable su continuidad con responsabilidades al gobierno municipal".