La alcaldesa de Cambrils, Camí Mendoza, y la concejala de Bienestar, Derechos Sociales y Salud, Hélène Arcelin, han leído hoy en la plaza del Ayuntamiento la declaración del Instituto Catalán de las Mujeres en un acto institucional para reivindicar la igualdad real entre mujeres y hombres.
Después de la lectura del manifiesto, se ha realizado una fotografía conjunta de las personas participantes en la concentración ciudadana, con el eslogan "Igualdad Baix Camp", en el marco de una iniciativa del Consejo Consultivo de Mujeres del Baix Camp. Los municipios adheridos difundirán las imágenes en las redes sociales con el hashtag #IgualdadBaixCamp y también se hará un collage conjunto de todas las fotografías realizadas para dar visibilidad al papel de las mujeres en la lucha por la igualdad.
La concentración ha contado con la presencia del alumnado y profesorado del Instituto Cambrils y ha finalizado con la actuación de la cantautora feminista Lidia Uve, que ha ofrecido un pequeño concierto de canciones para defender los derechos de las mujeres.
El acto forma parte de las Jornadas por la Igualdad de Género de Cambrils que continuarán hasta el día 16 de marzo con un total de 15 actividades. El objetivo es empoderar a las mujeres reconociendo y valorando sus aportaciones sociales y sensibilizando a la ciudadanía frente a las desigualdades de género que hay que erradicar de manera conjunta.
Declaración institucional
La igualdad entre mujeres y hombres es un derecho fundamental a garantizar en una sociedad que lo exige. Es un valor y un elemento clave para la erradicación del sistema heteropatriarcal androcéntrico y sexista imperante que nos oprime, nos violenta y nos discrimina.
Este derecho a la igualdad de mujeres y hombres ha sido reconocido legalmente desde hace tiempo en nuestro marco jurídico, pero no es efectivo ni en todas las esferas de nuestras vidas ni es igual para todas las mujeres. Por eso, aún hoy día debemos velar por la plena participación de las mujeres en todos los ámbitos de la vida.
Así pues, a pesar de los progresos alcanzados hasta el momento, la igualdad entre mujeres y hombres en la vida cotidiana aún no es una realidad.
En la práctica, persisten desigualdades políticas, económicas, sociales y culturales y los datos así lo muestran: en el ámbito laboral, a pesar de los esfuerzos por eliminar la brecha salarial, la diferencia entre el salario medio de los hombres y de las mujeres aún es del 23%. La brecha salarial más elevada la encontramos en las ocupaciones más feminizadas, donde la diferencia llega al 29,4%.
El techo de cristal sigue siendo un obstáculo evidente para las mujeres que solo ocupan el 35,4% de los altos cargos de dirección y gerencia y es que, de acuerdo con el índice de igualdad de género, la dimensión con mayor desigualdad de género la encontramos en la presencia de mujeres en puestos de toma de decisión en el ámbito económico, social y político, siendo esta muy inferior a la presencia de los hombres.
Por otro lado, las tareas de cuidado y conciliación continúan siendo socialmente responsabilidad de las mujeres, que piden 9 de cada 10 de las excedencias laborales solicitadas para cuidar de familiares; las que no lo hacen porque no pueden, deben afrontar jornadas maratonianas en las que asumen dobles y triples jornadas. Prueba de ello es que la media de horas semanales que dedican las mujeres a tareas domésticas son casi el doble de las que dedican los hombres.
Estas desigualdades llevan a muchas mujeres a la precariedad, siendo la pobreza una situación feminizada, que afecta a 1 de cada 4 mujeres en Cataluña.
En el último año la brecha del riesgo de pobreza ha aumentado más de 4 puntos.
En otros ámbitos tampoco encontramos mejores resultados. La presencia media de las mujeres en prensa escrita en los medios es del 27% y del 22% en prensa digital; y solo 1 de cada 4 de las personas federadas o profesionales del deporte es una mujer.
Por otro lado, la elección de estudios sigue mostrando la presencia de estereotipos de género. Por ejemplo, la ingeniería y la arquitectura han sido las titulaciones menos alcanzadas por las mujeres, con un 8% de los casos en el último curso.
Esta invisibilización de las mujeres en diferentes ámbitos dificulta o ralentiza el cambio hacia una sociedad más igualitaria en la que haya más mujeres referentes en todas las esferas de la vida.
Este 8 de marzo y cada día, las mujeres luchamos contra esta situación desigual e injusta. Los movimientos feministas, cada día más fuertes, son la punta de lanza de unas reivindicaciones que ponen sobre la mesa la necesidad de cambio, y que interpelan a los poderes públicos y al conjunto de la sociedad a garantizar de una vez por todas la igualdad real de mujeres y hombres.
Queremos desmontar las estructuras que sostienen las discriminaciones diarias hacia las mujeres en todas las esferas de nuestras vidas. Y por eso, una vez más, será necesario aguantar los embates de una sociedad patriarcal resistente a ceder el poder y privilegios.
Pero no desfalleceremos, ahora que hemos avanzado más que nunca, ahora que sabemos que la sororidad es nuestra insignia y cada día somos más, ahora que ya no hay marcha atrás.
Ahora más que nunca queremos (¡al menos!) la mitad de todo.
Las mujeres somos ciudadanas de pleno derecho hoy y cada día porque cada día #Somos8deMarzo.