Tras días de negociación, finalmente el Ayuntamiento de Tarragona ha encontrado una solución técnica para mantener los tempos de las obras de urbanización de las parcelas Iborra sin afectar a los alumnos de la Escola l'Arrabassada. La decisión pone fin al malestar del centro y el AFA, que habían puesto el grito en el cielo estos días, y también a la preocupación de los vecinos, que anhelaban desde hace más de veinte años esta actuación.
En un principio, estas obras debían comenzar durante el verano, para evitar así interferencias con la Escola l'Arrabassada. Sin embargo, la presentación de 13 empresas a la licitación ralentizaron su adjudicación y el calendario se tuvo que modificar. Con este contexto, la intención era iniciar ya las actuaciones para construir el vial que ha de conectar el entorno de la Ermita de la Salut con la Vall de l'Arrabassada. De hecho, ya se habían puesto en marcha los trabajos previos para perforar posteriormente con maquinaria pesada la piedra que se encuentra justo al lado del patio de la escuela. A pesar de todo, la afectación -calculada en unos cuatro meses- indignó a los padres del centro. El ruido, el polvo o las vibraciones que debía provocar hicieron que los padres se organizaran para recoger firmas, denunciando los perjuicios que podrían tener sobre sus hijos.
La primera opción que se puso sobre la mesa fue la contratación de nueva maquinaria, que suponía un pequeño sobrecoste y reducía la intervención a dos-cuatro semanas. La solución, sin embargo, tampoco convenció a los padres, que pedían trasladar la obra al verano. Esta vía provocaría aumentar considerablemente el coste de la urbanización, pagada por los vecinos.
¿Qué se ha acordado?
Con este panorama complejo, el Ayuntamiento ha encontrado finalmente una solución que contenta a todas las partes implicadas. No afecta al curso escolar, no retrasa las obras y no supone ningún sobrecoste. "Hemos estado trabajando con los técnicos municipales y la empresa adjudicataria. Finalmente, hemos encontrado una solución técnica que permite iniciar la obra en los días previstos, pero no empezar por el lado de la escuela", explica el consejero de Urbanismo, Nacho García. Los trabajos previos sí que se harán durante las vacaciones de Navidad, pero a partir del 8 de enero actuarán en otro espacio cercano a las parcelas. Cuando se inicien las vacaciones de verano, volverán para picar la piedra.
Con esta nueva solución, no habrá cambio de calendario ni de costes, que son unos cuatro millones de euros y contemplan la maquinaria inicial del proyecto. Uno de los puntos que se han tenido que resolver es la utilización de tierras. En un principio, se habían de coger del lado de la escuela para ponerlas en otro espacio de las parcelas, pero finalmente el consistorio aportará tierras de propiedad municipal.
