Se acaba de cumplir el primer año de mandato. ¿Qué valoración hace?
Ha sido un año diferente y extraño. No habíamos venido a esto pero nos ha tocado. En cuanto a gestión municipal, si apartamos los casi tres meses de afectación por la covid-19, ha ido en la línea de la legislatura anterior en la que también gobernábamos con una minoría amplia. Esto nos permite la equidistancia con los diferentes grupos municipales porque nosotros somos una agrupación de electores y no tenemos directrices de ningún partido que nos marque lo que se debe votar a favor o en contra. Lo único que nos conduce es la intención de la mejora de la gestión municipal y esto nos permite llegar a acuerdos con quien esté dispuesto a llegar. Estamos gobernando ofreciendo posibilidad de acuerdos puntuales con todo el mundo y los vamos encontrando. Seguimos aprobando muchas cosas por unanimidad o mayoría y, de momento, seguimos sin que nos tumben ninguna propuesta en el plenario.
¿Pudieron alcanzar algunos de los objetivos que se habían propuesto antes de la pandemia?
Difícilmente. En los pueblos de costa siempre bromeamos diciendo que se debería cambiar la fecha de las elecciones. Esto de que las municipales se hagan a finales de mayo y se acabe tomando posesión del cargo a finales de junio en plena temporada turística dificulta que se pueda llevar a cabo la obra de gobierno. Además, si como ha pasado en este año hay una renovación en los concejales aún cuesta más porque nadie llega al Ayuntamiento enseñado de cómo funciona la administración pública. Los primeros meses siempre son de llegar, ver cómo funciona todo e intentar poner cosas en marcha.
Aquí prácticamente nos hemos quedado. Llevábamos nueve meses de gobierno, tres de ellos en pleno verano, en los que alguna cosa habíamos podido empezar, pero aprobar y sacar adelante pocas. Se debe tener en cuenta que cuando llegas al Ayuntamiento ha habido una parada de medio año en cuanto a las inversiones a causa de la convocatoria de elecciones y cuesta volver a retomarlo.
Ahora, después de todo lo que ha pasado, en esta reanudación nos tenemos que replantear de arriba abajo nuestro programa electoral, porque prácticamente ya no sirve. Igual que el del resto de partidos políticos. Lo tienes que romper y empezar desde cero en muchas cosas. En muchas concejalías se deben replantear inversiones o la manera de prestar servicios. Esto es un trabajo que ahora lo hemos hecho corriendo en el día a día para poder interpretar y aplicar los BOE que iban saliendo, pero a partir de septiembre se nos girará el trabajo de planificación para emprender estos tres años de legislatura que quedan y donde seguro nos tendremos que replantear muchas cosas.
Estos últimos meses han estado marcados por la pandemia del coronavirus y la crisis que ha provocado. ¿Ha tenido un gran impacto en Roda de Berà?
En el ámbito sanitario, en Roda de Berà hemos tenido que sufrir seis muertos. Porcentualmente son unos buenos números comparados con la comarca del Tarragonès o el Baix Penedès, aunque evidentemente un muerto ya son demasiados. Después también ha venido la crisis económica del cierre temporal de muchas tiendas y empresas que han tenido que aguantar este golpe duro. Por eso hemos tomado muchas medidas para paliar los efectos de la crisis económica. Por último ha venido la crisis social y saber gestionar las angustias de la gente, el confinamiento y las fases del desconfinamiento. Hemos tenido que aprender rápidamente y a golpes a hacer cosas para las cuales no estábamos preparados y que no pensábamos que las tendríamos que aplicar nunca. Hemos tenido que tomar decisiones deprisa que al cabo de 24 horas ya estaban anticuadas.
En la crisis sanitaria hemos podido hacer poco porque no teníamos competencias, pero en la crisis social haciendo voluntariados y en la económica poniendo en marcha planes de ayuda a los comercios y autónomos sí que hemos intentado estar bastante activos y complementar ayudas que tendrían que venir de estancias superiores como la Generalitat o el Estado. Entendemos que, al ser una administración más pequeña, nuestra maquinaria es más ágil y hemos tenido que tomar decisiones para intentar parar la crisis económica que teníamos.
¿Qué medidas económicas tomarán desde el Ayuntamiento para paliar los efectos?
En cuanto a medidas económicas hemos tomado las que ha tomado casi todo el mundo desde el primer momento: aplazamiento de los pagos de tributos, exoneración de tasas de servicios no prestados o terrazas no ocupadas o la posibilidad de ampliar las terrazas de bares. En el último pleno también aprobamos por unanimidad un plan de reactivación económica en el cual se prevén una serie de medidas de carácter económico, tributario, social, turístico o de campañas informativas. Muchas de ellas ya se están haciendo, otras han quedado aprobadas en este plan de reactivación y otras se irán añadiendo a medida que vayamos viendo dónde nos lleva esta situación.
Para nosotros lo importante será en septiembre u octubre cuando nos tengamos que plantear hacia dónde llevamos el proyecto del plan de mandato. Además, en un municipio turístico como el nuestro dedicado a los servicios, en octubre en cuanto al paro también puede ser complicado. Ahora se reactivará la ocupación porque están abriendo los chiringuitos, los campings, la residencia del Banco de España, los restaurantes y se necesita personal. Pero esta gente depende de un contrato de cinco o seis meses para poder vivir todo el año y este año serán más cortos o inexistentes y en otoño tendremos que estar preparados.
En este sentido, prevemos algún plan de ocupación municipal para poder ir dando trabajos de mantenimiento de la vía pública destinando remanentes positivos de otros años o incluso llegando al endeudamiento. Afortunadamente, la buena gestión hecha hace que tengamos un ratio de endeudamiento muy bajo, alrededor del 10%, y nos permitiría que en un momento como este el ayuntamiento se endeude un poco más para poder inyectar el dinero a la economía local dando trabajo.
¿Y en cuanto a medidas sociales?
Respecto a medidas sociales, por ejemplo, la activación del voluntariado. También el incremento de las partidas en la modificación del presupuesto que el plenario aprobó hace un mes. Hemos rascado algunas partidas presupuestarias de otros capítulos para destinar una partida de 240.000 euros a la reactivación del comercio local que se haya visto afectado por la covid-19. Habrá unas subvenciones que los comerciantes ya podrán pedir a principios de julio.
También se han multiplicado por cuatro las partidas de atención a las personas y servicios sociales. Lo que intentamos es que la gente pueda trabajar y compensarle lo que ha perdido, pero sabemos que desgraciadamente habrá mucha gente que se verá abocada a utilizar los servicios sociales. Desde allí podremos atender la compra de comida, los pagos de recibos como la luz y el agua, la compra de libros escolares, los gastos de transporte y dar todo tipo de apoyos a las familias que ya formaban parte y las que ahora se han visto abocadas. Casi se han doblado las familias de Roda que necesitan el apoyo de los servicios sociales en este momento.
Roda vive en gran parte del turismo, ¿cómo cree que todo lo que ha pasado afectará a la temporada?
Creo que como municipio turístico y de servicios, pero que al mismo tiempo tiene su potencial en las segundas residencias y no en las plazas hoteleras, puede ser que económicamente sea un verano malo, pero que no llegue a ser desastroso. Las últimas semanas ya se han ido ocupando las segundas residencias y con el final del estado de alarma se habrá incrementado un 50% más. Sabemos que de estos hay mucha gente que está buscando los recursos para trabajar desde casa a través de Wifi o fibra óptica, lo que quiere decir que en lugar de desplazarse a Barcelona cada día para ir a trabajar se quedarán aquí teletrabajando.
Esto hará que las horas de ocio que tengan las pasen en Roda y vayan a la playa, a los restaurantes o a pasear. Aquí es donde nosotros tenemos el trabajo para que todo el mundo pueda disfrutar, el comercio pueda arrancar y la restauración pueda vivir, pero al mismo tiempo manteniendo la seguridad con una higiene y una distancia social que es lo que de momento quedará durante unos meses. Ahora en este momento estamos volcados en poder conjugar las dos cosas, por un lado que el comercio se reactive y que no tenga un verano desastroso, pero por otro lado que se puedan garantizar las medidas de seguridad necesarias y que aquel que utilice el sentido común lo pueda utilizar. Nosotros confiamos en la sociedad y lo hemos demostrado abriendo la playa cuando se pudo y apelando al sentido común de la gente.
La situación provocada por el coronavirus también ha provocado una modificación al FIC-CAT.
Hemos tenido que modificar fechas y hace unos días firmamos el convenio de este año una vez aprobada la modificación del presupuesto. Creo que fue acertado cambiarlo de temporada. Ahora en junio habría sido imposible hacerlo y esperamos que en septiembre y octubre sea más fácil, aunque seguramente tendrá que haber un planteamiento diferente en algunas cosas. Esto es lo que está trabajando el equipo directivo y ya nos reunimos para ver cómo lo encaramos. A pesar de esto, tampoco sabemos dónde estaremos en octubre y lo que estamos haciendo es planificar escenarios. Si los aforos son más amplios y se puede mantener el uso de la mascarilla en espacios cerrados, se podrá hacer prácticamente todo. Esto sería lo ideal, porque nosotros hace tiempo que queremos apostar por la cultura y más ahora que ha sido uno de los sectores que más lo está sufriendo.
El FIC-CAT vino a Roda hace muchos años para quedarse y, más allá del mismo festival, ya tiene una incidencia en las escuelas, en el instituto o en la residencia de ancianos. Además, este año haremos una serie de proyecciones de cine en la zona del Roc con películas reconocidas y premiadas que han pasado por el FIC-CAT. Por lo tanto, estamos extendiendo la implantación del FIC-CAT más allá de una semana. Es la apuesta cultural más importante que tiene Roda y nos gustaría centrar nuestra imagen en el hecho de que el cine se palpa todo el año.
En el caso de la Fiesta Mayor ¿se mantendrá?
La estructura central de la Fiesta Mayor será igual. Tenemos la suerte de que Sant Bartomeu es el 24 de agosto y aún quedan dos meses. Entiendo que los municipios que tenían sus fiestas mayores alrededor de Sant Joan o Sant Pere las hayan suspendido, pero no entiendo algunos casos que he visto que ya se han suspendido cuando son en octubre. Es cierto que se ha hecho para inyectar el dinero en alguna partida extraordinaria para hacer frente a la covid-19, pero creo que es demasiado fácil y no es justo sacar todo el dinero de la cultura porque tenemos que ayudar a los que nos hacen disfrutar con su música o su imagen.
Nosotros por fiesta mayor hemos anulado o tenemos pensado anular algún acontecimiento, cambiaremos algún acto a un espacio más grande o un espacio abierto, pero el eje central, si no pasa nada en estos dos meses, será el mismo porque los ciudadanos se la merecen. Además, también es una inyección económica al municipio porque genera vida en la calle. Tenemos que dar a la gente la posibilidad de tener un poco de vida social porque después de todo lo que ha pasado nos la merecemos. Evidentemente tenemos que mantener las distancias y las medidas de seguridad, pero nos merecemos poder hacer vida en la calle.
