Hace unas semanas se cumplió el primer año de mandato. ¿Qué valoración hace?
Ha sido un año de transición. En el mandato anterior quedaron muchas cosas a medio hacer y las hemos continuado haciendo, pero hacia el final se nos ha complicado la cosa con esto de la covid-19 y nos ha hecho cambiar de planes radicalmente. Todo aquello que teníamos planteado lo tenemos que mantener, pero algunas cosas las hemos tenido que ir cambiando.
También ha sido un año de adaptación a una nueva situación, ya que con el resultado de las elecciones hemos pasado de ser un gobierno con tres grupos políticos a ser sólo un grupo con mayoría absoluta. Esto cambia la manera de trabajar. Cuando trabajábamos entre tres grupos teníamos que debatir y hacer los pactos entre los tres y después era muy complicado debatir y pactar con los cinco grupos de la oposición.
Ahora la situación ha cambiado porque en el gobierno somos un único partido y en la oposición sólo hay tres grupos más, por lo tanto es más fácil dar la palabra a los otros partidos para que añadan alguna cosa. Cambiamos un poco la forma de funcionar, pero mantenemos la política que teníamos de controlar la economía e ir haciendo las situaciones que tocan e ir resolviendo el día a día con prudencia.
¿De los proyectos marcados para este primer año se ha podido lograr alguno?
Todos están en marcha. Los proyectos que se habían planteado para el año 2020 iban todos relacionados a cosas que ya se habían iniciado en el mandato anterior. Todas van ligadas con la utilización del presupuesto de manera prudente y una de las cosas que hay es que, como cerramos el 2019 con un endeudamiento inferior al 50%, nos permite hacer algunas obras con endeudamiento.
Tenemos una serie de inversiones que van ligadas a subvenciones y que las teníamos que hacer en 2020 y falta un complemento que teníamos que pedir a los bancos y ya hemos conseguido el crédito. De esta manera, podemos hacer todo lo que teníamos que hacer a pesar de las modificaciones que hemos tenido que hacer por culpa de la pandemia. La covid-19 sólo nos ha alterado gasto corriente. De actos públicos y estas historias que teníamos que hacer, hemos podido reconvertir todo este dinero en cuestiones dedicadas a la pandemia.
Pero las inversiones grandes que teníamos previstas no han variado. Se trata de la reparación del depósito de agua del Pujol, hacer urbano el tramo de la antigua N-340 entre el Paseo de la Sort y el Paseo de la Estación, convertir en jardín el aparcamiento de la calle Lleida y otras cosas más pequeñas. De manera que iremos haciendo estas inversiones previstas en los años que vienen, pero las de 2020 ya está todo en marcha y está relacionado con el préstamo de 1,5 millones que hemos pedido para complementar las subvenciones que tenemos para poder hacer esta inversión sin pasar del 50% del endeudamiento.
¿Qué impacto ha tenido la covid-19 en Torredembarra?
Desde el punto de vista sanitario no ha sido muy exagerado. Ha habido alguna defunción y unos cuantos infectados, pero no ha sido una cosa demasiado grande. La gente se ha comportado muy bien a la hora de hacer el confinamiento y en los puntos sensibles como podía la residencia de ancianos Pere Badia no ha habido ningún caso. Se han mantenido al margen y las medidas de prevención que tomaron fueron muy estrictas y han funcionado. Lo que se ha visto más afectado ha sido el CAP de Torredembarra, que también da servicio a unos cuantos pueblos de al lado, y ha sufrido las limitaciones del sistema sanitario. Pero podemos estar contentos de que no ha pasado nada grave.
Desde el punto de vista económico, todo el comercio y la hostelería se ha visto muy afectada. La Semana Santa, que es el punto de inicio de la temporada y da aire para que los negocios que viven de temporada empiecen a funcionar, se ha truncado. Todos han empezado a funcionar en junio y la cosa será complicada. Estamos preocupados porque ahora parece que mejora un poco la cosa pero veremos qué pasa en septiembre.
¿Desde el Ayuntamiento qué medidas económicas y sociales se impulsarán?
De entrada el dinero de todas estas partidas destinadas a gasto corriente los hemos convertido en una línea de subvenciones de 110.000 euros dedicada a apoyar a las familias que a causa de la pandemia han dejado de tener trabajo y sus ingresos han bajado. Es una ayuda muy limitada pero que ayuda a muchas familias.
Después también hay una ayuda de 80.000 euros a repartir entre todos los comercios de menos de 400 m² en Torredembarra para ayudar a pagar las facturas del material de protección que están teniendo ahora mismo. También da para muy poquito, pero ayuda un poco. Estas son las medidas que hemos tomado desde el punto de vista económico.
En cuanto al punto de vista social, durante el confinamiento pusimos en marcha mecanismos para ayudar a la gente que no podía salir de casa. Les dimos asistencia llevándoles la comida a casa e yendo a comprar por ellos, y les facilitamos unos teléfonos de contacto para que la gente que estuviera sola pudiera encontrar ayuda en caso de necesidad.
Todo esto se ha hecho en un tiempo prudencialmente rápido y se han montado todos estos mecanismos para cubrir las necesidades básicas. Aparte de esto, ahora el planteamiento es ver cómo salimos de la situación y en otoño se verá cómo funciona todo.
En un municipio de costa como Torredembarra, ¿qué afectación tendrá en la temporada de verano?
Torredembarra es un municipio turístico basado en segundas residencias y apartamentos de alquiler. También hay cuatro campings, pero prácticamente son de clientes fijos. Desde este punto de vista consideramos que la situación no será del todo negativa porque los de segunda residencia no viajarán y vendrán más aquí, mientras un apartamento de alquiler da más seguridad que no ir a un hotel y compartir espacios comunes. Por lo tanto, las reservas no son bajas. Entendemos que no debe afectar demasiado, pero la temporada será toda de golpe y muy corta. En el mes de septiembre es donde se verá si los trabajos y los recursos económicos de las familias se ven resentidas o no.
¿Cómo será la gestión de las playas?
La gestión de las playas la estamos llevando con una cierta libertad. La playa de Torredembarra es muy larga y ancha y no consideramos que haya acumulaciones de gente. En lo que llevamos por ahora de asistencia a la playa la gente se está comportando muy bien y no se están produciendo aglomeraciones. Se trata de vigilar esto y tratar de respetar las distancias. Nos hemos reforzado con un servicio de informadores y con la utilización de los voluntarios de Protección Civil para que la playa quede un poco vigilada y poder avisar y ayudar a que la gente mantenga las distancias que corresponden. Pero no podemos hacer gestiones de cerrar playas porque es muy ancha y hay espacio para todo el mundo. Veremos los fines de semana y el mes de agosto qué aglomeraciones hay y en qué puntos. En nuestra playa siempre hay espacios vacíos y la gente se puede distribuir muy bien.
Para terminar, ¿en qué situación quedan las fiestas mayores?
La de San Juan se anuló, en la del Cuadro sólo se hizo el acto religioso y alguna cosa online, y de cara al 4 de septiembre esperamos que ya haya posibilidades de hacer más cosas. Siempre estamos adaptándonos a lo que nos permiten las instrucciones de Protección Civil y del Procicat y veremos cuál es la realidad en la fiesta de Santa Rosalía.
En cuanto a los festivales de veranos previstos o la Roca Foradada, los hemos concentrado todos en un solo punto. Antes se hacían actuaciones en Clarà y Baix a Mar, pero ahora lo concentramos todo en el espacio más grande que tenemos en el Puerto, en el rincón del Pet d'Ovella. Allí hay un escenario en un recinto cerrado que permitirá hacer un control de acceso, sillas numeradas y separadas por una distancia, y otras medidas que nos permitirán hacer los conciertos. Para la Fiesta Mayor, si hacemos alguna cosa, también tendrá que ser con este planteamiento si no cambian las instrucciones.
