La exposición "Ciudadanas de la República. Imágenes y condición femenina 1931-1939" ha abierto sus puertas este sábado en el Molí de les Tres Eres de Cambrils, donde se podrá visitar con acceso libre hasta el 9 de enero de 2022 en horario de fin de semana y festivos (aforo limitado).
La muestra ha sido producida por el Museu de Reus del Institut Municipal Reus Cultura y llega a Cambrils de la mano del Archivo Municipal de Cambrils y el Museu d'Història de Cambrils con la colaboración del Campus Extens de la Universitat Rovira i Virgili (URV). Se trata de la actividad que da inicio a los actos del decimoquinto Ciclo de Memoria de Otoño de Cambrils dedicado este año al 90 aniversario del inicio de la Segunda República española.
La exposición recoge 25 carteles de pared, además de una selección de 18 tarjetas postales y varios hojas volantes, en vitrina, todos originales y procedentes de los fondos del Museu de Reus. Entre las obras, destacan especialmente los carteles de las artistas Manuela Ballester y Carme Millà.
El cartel, por su producción fácil y económica, y por la combinación de palabra e imagen, ha sido un medio de comunicación primordial durante el siglo XX, con una significación especial durante la década de los 30. Ha representado un instrumento idóneo para la comunicación política y la movilización social y, a la vez, ha contribuido a difundir y a conformar actitudes y valores consolidando arquetipos humanos.
La proclamación de la Segunda República, el 14 de abril de 1931, generó en el imaginario colectivo el afán de libertad, tanto individual como colectiva, que la dinámica política de la Restauración había frustrado. Representó una esperanza de emancipación y un claro proceso de ruptura momentánea de la cultura patriarcal y del tradicionalismo católico, que volvió a imponerse con mucha más fuerza mediante el nacionalcatolicismo de la dictadura franquista.
Dentro de la colección de carteles republicanos del Museu de Reus, de las representaciones femeninas podemos distinguir -por ejemplo- entre mujer simbólica y mujer real, y vemos esta diferenciación en detalles como la indumentaria.
La primera aparece con túnicas, banderas, gorro frigio o vestidos tradicionales como recurso para personalizar una entidad política, territorial o la propia República. La segunda, la mujer real, salvando las idealizaciones estéticas, se muestra con ropa de calle o con uniformes.
Presenta dos tipos de discurso visual que ahora se pueden descubrir en Cambrils, situando a la mujer en el ámbito doméstico; como responsable de las tareas de cuidado y solidaridad o el ámbito público, y como mujer trabajadora y mujer comprometida, que quiere conquistar el espacio político, una mujer que trabaja, ayuda y que es un puntal del esfuerzo movilizador.
Los carteles, una especie de gritos de pared, fueron un recurso de propaganda de máxima difusión que, junto con la radio, la prensa escrita y el cine, configuraron la opinión de la época, y que hoy nos ayudan a recuperar la memoria histórica.