El pasado 30 de julio una usuaria de Twitter hizo pública una carta donde se emplaza a un joven de Prades a comportarse como una persona normal o marcharse de Prades, además de una serie de insultos, acusaciones y amenazas. Laia Muntas, consejera comarcal de la CUP y concejala en La Selva del Camp, considera que "el Consejo Comarcal del Baix Camp no sólo debería posicionarse al lado del joven, sino también ofrecerle todos los recursos políticos y jurídicos, presentándose como acusación popular, si es necesario".
  Las amenazas comenzaron hace meses y es la tercera carta que le escriben, en palabras de Muntas "la intolerancia tiene muchas caras y debemos acabar con todas, es importante que después de las muestras de apoyo, haya una acción contundente". Han sido diversas las manifestaciones públicas que han mostrado solidaridad y, de hecho, la tarde del jueves se convocó una concentración en Prades a la que desde las CUPs del Baix Camp participaron.
  El grupo comarcal de la CUP señala que el Servicio de Atención Integral LGTBI del CCBC es deficitario en todos los aspectos: nunca ha contado con recursos humanos ni presupuestarios suficientes para atender las necesidades de toda la comarca. Sin embargo, Mònica Pàmies, consejera comarcal de la CUP y concejala en Reus, pone en valor el trabajo que deben asumir las trabajadoras "Una sola trabajadora se echa a la espalda el trabajo que debería hacer todo un equipo". Consideran que las reiteradas peticiones de aumento de personal realizadas por las anticapitalistas, nunca se han recibido como una prioridad.
 A la vez, la CUP vuelve a poner sobre la mesa la necesidad de descentralizar los recursos. La lucha contra la LGTBIfobia está presente en todos los Países Catalanes. No obstante, subrayan que los recursos siempre quedan alejados de los municipios pequeños, rurales o más lejanos a las ciudades, dificultando el acceso. Reiteramos el apoyo y cariño al compañero Isaac, a quien animan por su lucha, que también es la de todas.
 
    