El Ayuntamiento de Cambrils conmemora el Día Internacional de las Mujeres

08 de marzo de 2021 a las 14:51h

La alcaldesa de Cambrils, Camí Mendoza, y varias concejalas del gobierno y de la oposición, han leído hoy en la plaza del Ayuntamiento el Manifiesto del Día Internacional de las Mujeres del Instituto Catalán de las Mujeres, que este año hace especial incidencia en los hábitos patriarcales en la distribución de los usos del tiempo y la falta de corresponsabilidad en tareas domésticas y de cuidado durante el confinamiento.

Después de la lectura del manifiesto, tal y como se acordó con todos los municipios de la comarca desde el Consejo Consultivo de las Mujeres, se ha realizado una fotografía conjunta de las personas participantes en la concentración ciudadana con el mensaje #invisiblesximprescindibles. La acción se enmarca en la campaña institucional del 8M-2021 del Instituto Catalán de las Mujeres "Mujeres y Hombres corresponsables", que reivindica la importancia vital de los trabajos de cuidado.

Las Jornadas por la Igualdad de Género organizadas por el Ayuntamiento de Cambrils continuarán esta tarde con un cuenta cuentos virtual a cargo de Sílvia Palazón Carrió a través del Canal YouTube de la Biblioteca: CanalBibCambrils. Las jornadas incluyen una quincena de actos en torno a ejes como la sexualidad femenina y el placer, la ruptura de los estereotipos y roles de género, el empoderamiento personal, el reconocimiento social y profesional de las mujeres, y la denuncia de las desigualdades de género persistentes y la sensibilización colectiva para generar cambios que permitan erradicarlas.

Manifiesto del Día internacional de las Mujeres 8 de Marzo de 2021

La pandemia del Covid-19 ha puesto de relieve una vez más y de forma especialmente punzante las graves discriminaciones que nuestra sociedad aún ejerce sistemáticamente sobre nosotras las mujeres. Durante el confinamiento de marzo-abril de 2020 las mujeres manifestamos, en casi el 60%, que éramos nosotras las personas que nos ocupábamos de manera principal o en exclusiva de las tareas domésticas, a pesar de que nuestra presencia en las ocupaciones de primera línea era mayoritaria: 64% en venta de productos básicos, 86% en personal de limpieza, 80% en personal de servicios sociales, 84% en personal de residencias para personas mayores y 70% en personal sanitario y farmacéutico.

No parece que los hábitos patriarcales en la distribución de los usos del tiempo, en cuanto a la corresponsabilidad, hayan sido afectados por el confinamiento, a pesar de que el incremento de la convivencia de hombres y mujeres en los hogares debería haberlo facilitado. Los estereotipos aún están bien arraigados en el imaginario de los hombres. Las tareas domésticas, de cuidado de las personas dependientes y de las obligaciones escolares de hijas e hijos han recaído mayoritariamente sobre nosotras. Las mujeres teletrabajando y haciéndonos cargo de todo, las mujeres en primera línea y encontrándonoslo todo por hacer al llegar a casa. Las mujeres continuamos dedicando entre dos y tres veces más de tiempo a las tareas domésticas y de cuidado, y esto va en detrimento de nuestra carrera profesional y de nuestro tiempo de ocio, que debería ser exactamente igual de importante que el de los hombres, y además disminuye nuestra salud y nuestro bienestar.

Los datos nos muestran que fuimos las mujeres las que estuvimos más expuestas a nivel de salud, justamente en el período de confinamiento más estricto. Las encuestas realizadas concluyeron que en casi el 60% éramos las mujeres las encargadas del cuidado de las personas dependientes a cargo, y en el 64,2% de las responsabilidades escolares de las criaturas durante este período. En el 92% de los casos también somos las mujeres que nos cogemos excedencias para cuidar de nuestros hijos e hijas.

Es también el momento de recordar que durante el confinamiento se agravó manifiestamente la situación de tensión derivada de todas las formas de violencias machistas, como consecuencia de la convivencia obligada y continuada de las mujeres con sus agresores. Casi se doblaron las llamadas medias semanales a la línea 900 900 120 a lo largo de los meses de marzo a julio, de confinamiento y desescalada.

En general, las afectaciones para la salud y el bienestar directamente por la Covid19 o por la crítica situación social ha recaído mucho más sobre las mujeres, como también nos indican los datos en impacto emocional y salud mental: sentimientos de miedo, de angustia y de tristeza, calidad del sueño, estados de ánimo, preocupaciones, entre otros.

Hay que luchar para que esta crisis no suponga un paso atrás en ninguno de los avances sociales que en los últimos años hemos logrado, especialmente a nivel de la conciencia social hacia la igualdad de todos los derechos humanos de las mujeres en relación con los hombres: Derecho al Trabajo, Derecho a una corresponsabilidad Efectiva y Paritaria, Derechos Sexuales y Reproductivos, Derecho a la igualdad en la Toma de Decisiones, Derecho a la Salud, Derecho a una sociedad Libre de violencias machistas.

Tenemos que aprovechar esta crisis para consolidar una transformación social de base feminista que corte de un golpe definitivo los fundamentos de esta sociedad machista y androcéntrica, en la que los hombres aún no han aprendido a renunciar a sus privilegios para que sus compañeras podamos vivir con las mismas condiciones y oportunidades que ellos. Nos ha cambiado la vida, es el momento de sacar provecho de esta situación de cambio y evolucionar para una transformación estructural donde las mujeres nos podamos desarrollar con plena libertad en todos los ámbitos de la vida, sin las barreras androcéntricas a menudo invisibles pero eficaces, sin las cargas patriarcales que se empeñan en que hagamos nuestras, sin los miedos con los que les es más cómodo que vivamos.

Las causas de la desigualdad de género son las actitudes y conductas aún mayoritarias de los hombres, abusivas y aprovechadas, que no respetan el derecho de las mujeres a una sociedad justa, en igualdad de oportunidades, corresponsable y libre de violencias machistas.

Hace un año del último 8M, cuando ocupamos las calles, los espacios públicos, para hacer sentir juntas nuestro derecho a ser iguales en todos los ámbitos de la vida personal, social, profesional y política. Este año, quizás no podremos salir a las calles tan masivamente, pero igualmente haremos sentir nuestra voz en todas partes, y también haremos nuestras las redes, las impregnaremos de nuestras reivindicaciones para que lleguen a los que tienen más poder para hacer cambiar las cosas, para que lleguen a los que se creen nuestros amos, para que lleguen a nuestros compañeros que no se deciden a quitarse del todo la envoltura patriarcal que les protege y favorece injustamente, para que lleguen a los que nos quieren silenciar y que nos conformemos en continuar en casa, aisladas y calladas, para que lleguen a todas las mujeres que aún no han tomado conciencia de que a menudo nuestro opresor lo tenemos al lado, en nuestra casa, en el trabajo, en las calles, y para que lleguen a todos los hombres cómplices, que no hacen absolutamente nada para cambiar ni ellos ni a sus congéneres. No se trata de que nos preguntéis en qué nos podéis ayudar, sino que penséis y hagáis lo que os corresponde como padres, parejas y convivientes. Pensar en organizar las tareas domésticas y de cuidado nos ocupa tiempo, que sacamos de nuestra carrera profesional y de nuestro ocio. Tenemos todo el derecho como mujeres a reclamaros y exigiros que hagáis vuestra parte, con la mitad es suficiente.

Todas las instituciones y agentes sociales deben esforzarse para que más que nunca se incorpore la mirada de género e interseccional en las políticas públicas y en la aplicación de todos los proyectos de recuperación y protección social que habrá que desplegar los próximos años, a fin de que se haga efectiva una verdadera corresponsabilidad paritaria, mediante la cual se refuerce de forma definitiva el fundamento y la efectividad de todos nuestros derechos.

En un momento crítico como el actual de transformación social resulta esencial garantizar el cambio de los valores sociales, donde la perspectiva de género y la mirada feminista e interseccional sustituyan los estereotipos patriarcales, androcéntricos, etnocéntricos y heteronormativos aún tan presentes en muchas políticas y actuaciones de los poderes públicos y agentes sociales, y replicados y reproducidos de manera más o menos inconsciente mediante el sistema educativo y los medios de comunicación. Ningún paso atrás, todas y todos hacia adelante, hacia una sociedad de iguales!

La Ley 17/2020, de 22 de diciembre, de modificación de la Ley 5/2008, de 24 de abril, del derecho de las mujeres a erradicar la violencia machista, aprobada al finalizar el año, debe suponer sin duda un importante paso adelante para la garantía de los derechos de las mujeres en situación de violencia machista, con la inclusión de las nuevas formas y ámbitos que establece, violencias digitales, obstétrica, de segundo orden, vicaria, institucional, y las responsabilidades en su aplicación técnica y presupuestaria por parte de todas las administraciones públicas.

La presión que hemos vivido las mujeres durante este último año ha sido muy superior a la de los hombres, teniendo que combinar el teletrabajo con las tareas domésticas, con situaciones laborales más precarias y más vulnerables. Por eso queremos destacar las condiciones extremas con las que han tenido que trabajar las profesionales de primera línea de atención en salud, personas mayores, alimentación, entre otros, como también queremos hablar de las mujeres en situación irregular que han visto agravarse su situación de precariedad, las profesionales de los servicios de atención a las mujeres en situación de violencia machista, y de las mujeres mayores que nos han dejado y todas las que no han podido convivir y disfrutar del contacto con sus familias y su entorno más cercano. Por todas ellas, muy especialmente, hoy también nos manifestamos.

Como decía Maria-Mercè Marçal: "Dentro de la piel de la ola salada/seremos quinientas, seremos mil./ Perderemos la cuenta en la tumbada./Juntas haremos nuestra la noche".

Seremos millones. Seremos millones y miles de millones. Y vosotros, los hombres, ya hacéis tarde, muy tarde!, ha llegado la hora de que os apuntéis masivamente en la lucha por una sociedad justa, donde todas las mujeres desde nuestra diversidad tengamos los mismos derechos y oportunidades que teníais vosotros desde el momento de nacer.

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C CIUTAT
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