Altafulla ultima los detalles para una Feria de Artesanos cargada de novedades

Los organizadores calculan que habrá una afluencia total de entre 30.000 y 40.000 visitantes durante los cuatro días

07 de agosto de 2025 a las 16:08h

El Ayuntamiento de Altafulla ha presentado este jueves por la mañana en el Parque del Comunidor la 27ª edición de la Feria de Artesanos. El acto ha contado con la participación del concejal de Turismo, Comercio y Promoción Económica, Tomás Serra, y del coordinador de la feria, Joan Carnicer. El evento, que tendrá lugar del 14 al 17 de agosto, se presenta este año con importantes novedades que sitúan la muestra como una cita de referencia en el país en la segunda quincena de agosto.

Uno de los principales cambios de esta edición es la nueva configuración de los espacios, con una apuesta por hacer del Parque del Comunidor un nuevo epicentro de la feria. Hasta ahora destinado mayoritariamente a actividades infantiles, este año este espacio se transforma en un escenario multifuncional que acogerá un gran número de puestos, talleres, actuaciones y demostraciones de oficios. Joan Carnicer ha destacado que se trata de un espacio “magnífico por sus características, con sombra natural y bien situado”, y ha explicado que, aunque a menudo se percibe como un espacio periférico, “forma parte del centro de Altafulla; tanto como las eras o los jardines del Castillo de los Montserrat”.

Este rediseño ha permitido un aumento del 11% en el número total de puestos, que este 2025 llega hasta las 142. De estas, unas cuarenta se estrenan por primera vez en la feria. Según el coordinador, se ha hecho un gran esfuerzo por diversificar la oferta y corregir el exceso de presencia de determinados sectores como el textil o la bisutería. En este sentido, se han seleccionado propuestas artesanas que hasta ahora no tenían representación, como trabajos en hierro forjado, tallas de madera, raíces decorativas, cianotipias, productos naturales, licores, infusiones, cafés o chocolate artesano. Además, Carnicer también ha destacado el aumento de artesanía ilustrada y propuestas singulares, como jardines dentro de botellas de vidrio.

A pesar de la desaparición de las atracciones infantiles tradicionales que hasta ahora se encontraban en el Comunidor, la feria mantiene la apuesta por el público familiar. Habrá juegos para niños y adultos, espacios de pintacaras, trenzas africanas, tatuajes de henna y diversas actividades lúdicas a lo largo de los días de muestra. El objetivo, según la organización, es seguir ofreciendo una experiencia atractiva para todo tipo de públicos y hacer que la visita a la feria sea una propuesta de ocio para todas las edades.

El programa de actividades paralelas también lo configura un cartel musical que incluye cuatro conciertos a cargo de formaciones como Stramboli Jazz Band (jueves), Swing Engine (viernes), Riff Doctors (sábado) y Sal150 (domingo). Además, también se podrá disfrutar de un espectáculo tropical de malabares y hulahoops con Mis Coconut, un espectáculo de clown con Lila Groc, una jam session y una actuación de jazz con Carla Cruells Trio. Unas propuestas artísticas que tendrán lugar, principalmente, en el nuevo escenario del Parque del Comunidor.

En cuanto a la afluencia prevista, la organización calcula que entre 30.000 y 40.000 personas podrían pasar por la feria durante los cuatro días. Esta cifra, que muestra cómo la Feria de Artesanos es uno de los grandes atractivos del verano, también supone un reto para el Ayuntamiento. El concejal Tomàs Serra ha destacado que el evento representa “un gran atractivo no solo para la gente de Altafulla o los veraneantes, sino para visitantes de todo el territorio”, y ha remarcado el esfuerzo organizativo que supone para un municipio que, con poco más de 5.000 habitantes, puede llegar a triplicar su población durante el verano.

Serra también ha puesto en valor el trabajo conjunto de diversas áreas municipales, como la Brigada, la Policía Local y Protección Civil. Asimismo, ha explicado que, aunque actualmente la coordinación recae en el Ayuntamiento, “la voluntad es que la feria vuelva a dirigirse por parte de un colectivo organizador”. Este, ha avanzado Serra, se está configurando y trabajaría en colaboración con el Ayuntamiento, que mantendría la gestión de las tasas municipales.

En cuanto a la gastronomía, la feria mantiene el mismo número de puntos de restauración que en ediciones anteriores, pero amplía la variedad. Habrá novedades como un puesto de chocolate maya, otro de cafés e infusiones, productos veganos y una curiosa propuesta de patatas fritas en espiral, elaboradas con máquinas que llaman la atención tanto por su técnica como por la presentación.