Vilanova i la Geltrú y Sitges se han despedido este Miércoles de Ceniza de la locura carnavalesca que ha dominado las calles los últimos siete días. Los dos municipios han celebrado esta noche las ceremonias de entierro del Carnestoltes, donde se han acercado miles de vecinos y visitantes vestidos de luto para compartir los llantos. En Vilanova, el velatorio ha comenzado a primera hora de la tarde, y dos horas después Su Majestad ha sido trasladado hasta la céntrica plaza de la Vila, donde ha leído el testamento antes de ser incinerado. En el caso de Sitges, una ‘clase magistral de llanto, desconsuelo y liturgia fúnebre’, ha precedido la capilla ardiente y el traslado de Su Majestad a la icónica Fragata, donde ha leído las últimas voluntades y ha sido calcinado.
En Sitges, la tradición marca que la incineración del Carnestoltes se enlaza con la llegada de la Señora Cuaresma, “que pone fin a la magnífica semana de excesos y pecados” y reparte buñuelos de viento a todo el mundo que lo desea.
