Como ya es tradición, desde el año 1972, Vilanova i la Geltrú vive, durante la tarde del jueves lardero, la tradicional fiesta de la Merengada. La fiesta, que da inicio a los días más fuertes del Carnaval en la capital del Garraf, está previsto que llegue a uno de sus puntos álgidos a las cinco y media de la tarde, frente a la Pastelería Blanch, donde año tras año se congregan a cientos de niños y niñas que se disponen a pasar una tarde embadurnándose de merengue por las calles vilanovinas.
El maestro pastelero, Jaume Blanch, propietario de Pastelería Blanch y encargado de elaborar lo que viene siendo el emblema de la fiesta, la popular figura de merengue que se lanza desde el balcón de la pastelería, ha avanzado que este año la figura de merengue no representará a ningún personaje relevante del momento, sino que será un unicornio. En la última edición, Carles Puigdemont, o ya hace dos años, el presidente norteamericano, Donald Trump, fueron los elegidos para ser caracterizados por el pastelero.
Blanch ha repasado brevemente la historia de esta tradición que le ha llevado a remontarse hasta el año 1972, cuando su padre, propietario de la pastelería que actualmente él dirige, elaboró una gran merengue, la popularmente conocida como la "Gloria" y la colocó en el escaparate de la tienda. Según el pastelero, "los niños de Vilanova que pasaban por delante no paraban de pedir que se la diera, y al final, así fue".
Asimismo, Blanch también ha relatado que con el paso de los años, eran tantos los niños y niñas que acudían a la cita cada jueves lardero, que era imposible sacar el merengue de la pastelería, así que se optó por la práctica que hoy aún está vigente, la lanzada desde el balcón de la pastelería.
En cuanto al resto de actos que hoy también se celebran en Vilanova i la Geltrú, las xatonadas populares en las asociaciones, la lectura de los diferentes sermones de los enviados del rey Carnestoltes y la merengada nocturna prevista para las doce de la noche a cargo de la FAC y diferentes entidades en la Plaza de les Cols, sirven de preludio para calentar motores para uno de los fines de semana más esperados para la ciudadanía de la comarca del Garraf, el Carnaval.