El 12 de agosto de hace un año, Vilanova i la Geltrú se despertaba bajo los efectos de una tormenta virulenta, que resultó ser un reventón. Un fenómeno meteorológico que arrasó algunas infraestructuras de la ciudad.
"Un año después del reventón, podemos decir que Vilanova i la Geltrú prácticamente ha recuperado la normalidad", ha declarado la alcaldesa accidental, Blanca Albà, que ha explicado que en estos meses se ha podido rehacer casi todo lo que se había dañado, excepto algunos árboles que aún deben reponerse, además de la zona del Puerto, donde las naves comerciales y la zona pesquera quedaron muy afectadas. El mes de enero, el temporal Gloria "hizo llover sobre mojado", y volvió a afectar a esta zona.
Para la recuperación del episodio de hace un año, el Ayuntamiento destinó 500.000 euros a la parte de la afectación de la vía pública. A esta cifra se sumaron el dinero destinado a las instalaciones deportivas, que sufrieron muchos desperfectos, y otras afectaciones, una parte de las cuales se pudieron acoger a los seguros contratados.
La OMIC (Oficina Municipal de Información al Consumidor) redactó un informe meteorológico muy completo que ayudó a la ciudadanía a gestionar los trámites con las compañías aseguradoras para poder recuperar algunos gastos.
Blanca Albà ha explicado que, como resultado de las acciones que se tuvieron que tomar a raíz del reventón, Vilanova i la Geltrú creó un gabinete de crisis, con las concejalías involucradas y todos los cuerpos de seguridad: "El reventón nos enseñó una nueva forma de funcionar que se ha aplicado en estas nuevas situaciones que se han producido, tanto la gestión de los efectos del temporal Gloria en enero, como últimamente para afrontar la crisis de la Covid-19".
El reventón del 12 de agosto de 2019
La madrugada del 12 de agosto cayeron en quince minutos entre 40 y 50 litros por metro cuadrado, y el paso de un reventón dejaba árboles, alumbrado y señales de tráfico arrancados, ramas rotas, tejados desplazados y pasos bajo la vía inundados.
Los servicios de emergencias atendieron casi un centenar de llamadas de vecinos alertando de las inundaciones de bajos. Un centenar de ejemplares del arbolado municipal y 25 palmeras del paseo Marítimo quedaron afectados, y muchos cayeron a la vía pública, impidiendo la circulación de vehículos. Los técnicos del Ayuntamiento, junto con la Policía Local, los Bomberos, Protección Civil y Puertos de la Generalitat se activaron enseguida para restablecer la normalidad en la ciudad.
Las afectaciones más importantes fueron en la fachada marítima, pero también en otros lugares, como las pistas de atletismo, el parque de Ribes Roges, la Masía de en Cabanyes, el parque de la Torre d'Enveja o la plaza Beatriu de Claramunt. Se prohibió el baño en las playas, ya que el viento arrastró elementos portuarios dentro del agua.
Las terrazas de los establecimientos del paseo Marítimo también sufrieron los fuertes efectos del reventón en plena temporada alta. Una semana después el cien por cien de los servicios estaban recuperados y a disposición de los visitantes, tanto las playas, como los establecimientos de restauración, como las empresas de servicios o el trenecito turístico.