La desembocadura del torrente de Sant Joan se ha convertido en un ecosistema donde se pueden encontrar diversas especies de avifauna. Hace un año, debido a un temporal extraordinario, se dañó una parte de los biorrollos y gaviones que se habían instalado para retener los residuos sólidos y evitar que fueran a parar al mar.
Desde la Concejalía de Proyectos y Obras, Servicios Viarios y Movilidad, junto con la Concejalía de Medio Ambiente, se ha realizado el seguimiento y evolución del espacio en este último año para valorar las acciones a llevar a cabo con el objetivo de preservar la riqueza ambiental y la transformación conseguida con la naturalización de la desembocadura del torrente. En este sentido, previamente a la época de mayor riesgo de precipitaciones, se ha procedido a retirar el gavión que inicialmente se instaló. Para incrementar la función de retención de sólidos durante este mes de junio, se instalarán dos sacos pluviales más en los aliviaderos que más agua residual vierten al torrente, para contribuir a reforzar la retención de sólidos.
Otras acciones que se han llevado a cabo son el refuerzo de la plantación con ejemplares de tamariscos y de carrizo, una planta acuática que se utiliza para la depuración del agua en lagunas de depuración, y la limpieza del cauce del torrente. Desde el punto de vista técnico, las Concejalías de Medio Ambiente y Proyectos y Obras coinciden en valorar la intervención realizada en la desembocadura del torrente como un proyecto que ha conseguido mejorar notablemente el entorno, transformando el espacio degradado en un punto de atracción para la observación de ornitólogos. Se ha incrementado el éxito reproductivo del chorlitejo patinegro y de otras especies y se ha evitado el vertido al mar de miles de toallitas que ahora son retenidas por los sacos pluviales. En cuanto a los malos olores, se ha constatado la reducción del olor que había anteriormente en la zona y se ha puesto en valor un espacio que se ha convertido en polo de atracción de esta zona.
