PSC Vilanova i la Geltrú: "Una investidura donde Vilanova i la Geltrú no es prioritaria"

13 de mayo de 2020 a las 14:12h

En las últimas elecciones municipales, casi 8.000 vilanovinos y vilanovinas nos dieron su confianza, haciendo que volviéramos a ser, 12 años después, la primera fuerza política en Vilanova i la Geltrú, un voto que sobre todo nos reafirmaba en aquello que explicamos durante toda la campaña, que era necesario abrir un nuevo tiempo político en la ciudad, superar la política de bloques y de parálisis institucional, y dedicarnos única y exclusivamente a Vilanova i la Geltrú.

Un resultado que deja claros varios mensajes: el primero de todos es que la ciudadanía no ha otorgado la mayoría absoluta a ninguna de las candidaturas, por lo tanto, encomendaba a sus responsables poder llegar a acuerdos. Sin embargo, como primera fuerza política, se nos ha excluido y se nos ha aplicado un "cordón sanitario", en palabras que ha formulado el partido que hoy ostenta la alcaldía.

ERC, CUP y JuntsxCat firmaban a última hora del sábado, antes del Pleno de investidura, un acuerdo oscuro, del que ni explicaron el contenido públicamente durante el Pleno. Un acuerdo que sólo contiene un único proyecto que les une y que ha sido la estrategia de ERC las últimas semanas: todo por la silla. Conseguir la alcaldía, con presiones, coacciones y amenazas a los tres concejales de Juntsxcat, a cualquier precio aunque esto conlleve paralizar la ciudad. Y lo hacen de la mano de los dos partidos perdedores de las elecciones.

Ninguna autocrítica ni ninguna enmienda por parte de la CUP ni de JuntsxCat de la pérdida de concejales y de votos que han tenido en su proyecto. Especialmente JuntsxCat, que el día antes su asamblea rechazó el pacto si no comportaba un acuerdo de gobierno. En una mañana, esta fuerza política ha dilapidado sus 8 años de gobierno. De ser la primera fuerza política en la ciudad, con 9 concejales, a convertirse en la muleta de un pacto que tenía como único proyecto impedir a cualquier precio que el PSC gobernara. Confirman una estrategia errática a nivel municipal que les llevará a ser una fuerza irrelevante a lo largo del mandato, muy diferente de lo que ha pasado en Vilafranca del Penedès, donde JuntsxCat vuelve a ganar las elecciones y revalida la estabilidad de la ciudad con un acuerdo con el PSC, y más, cuando es público cómo ha acabado el pasado mandato JuntsxCat y ERC: un gobierno de dos partidos que ni se dirigían la palabra.

En Vilanova i la Geltrú, pues se confirma una política de bloques, mientras que en otros lugares del país, las mismas fuerzas que aquí excluyen sentarse a hablar con el PSC, firman acuerdos de gobierno y de investidura. Así el PSC ha llegado a acuerdos con ERC, JuntsxCat o incluso la CUP en Figueres, Sant Cugat, Platja d'Aro, Castelldefels, Tàrrega, Cervera, Calella... y una larga lista, donde se demuestra que cuando se pone la ciudad por encima del sectarismo de partidos, es posible encontrar el entendimiento.

Así, hoy ERC ostenta la alcaldía con una mayoría que deberá mantener a lo largo de todo el mandato, gracias a la CUP y JuntsxCat, un pacto de partidos que hasta el momento, han tenido posicionamientos absolutamente contrarios en aspectos como el urbanismo, la promoción económica, la gestión de los servicios públicos, entre otros. Por eso se abre ahora un período de parálisis e inestabilidad, ya que esta misma mayoría deberá asegurarse ponerse de acuerdo en temas donde los últimos 4 años no lo han hecho. El cordón sanitario que han practicado al PSC supone pues, excluirnos de cualquier acuerdo. Por eso desde hoy, con una oposición contundente y fiscalizadora, trabajando como única alternativa política en Vilanova i la Geltrú, para defender los intereses de toda la ciudad.

Vilanova i la Geltrú se merecía abrir una nueva etapa política, que situara el diálogo y el entendimiento como elementos para hacer avanzar la ciudad ante los retos y problemas que tiene, y no un pacto para alcanzar la silla a cualquier precio.