En plena crisis sanitaria en España y en todo el mundo, el actor Toni Albà ha acusado a los y las socialistas de matar personas, añadiendo la amenaza de que tendremos que "vivir confinados y protegidos el resto de nuestras vidas". Ante esta barbaridad, poco sorprendente por otra parte viniendo de un personaje con los antecedentes de este desagradable señor, la Juventud Socialista de Cataluña (JSC) pidió a TV3 a través de las redes sociales que lo volviera a echar de la televisión pública que pagamos entre todos los catalanes y catalanas.
Ya hace un año, Albà fue expulsado de la productora Minoría Absoluta por acusar de "puta" a la líder de la oposición en el Parlamento de Cataluña, así como por diferentes comentarios homófobos contra el líder del PSC, Miquel Iceta, a quien tildó de "bombolleta ballarina". Decisión que se ha revertido hace un par de semanas con su reincorporación al programa Polonia que emite semanalmente TV3.
Ante la petición de la JSC, Albà nos ha interpelado con tres presuntos argumentos: que no cobra dinero público, que tiene derecho a la libertad de expresión, y que no ha hecho comentarios homófobos, amenazando a la organización socialista juvenil de llevarla a los tribunales.
Y ante esta amenaza, la JSC emplaza al maleducado Toni Albà a que, si tiene tiempo entre insulto e insulto, lleve a la organización al juzgado cuando lo considere oportuno. Sería una excelente ocasión para volverlo a ver tirando de papel higiénico y aportando el increíble argumento de que lo que hace, lo hace haciendo sátira.
Dice que no cobra dinero público. Bien, lo cierto es que cobra de la productora Minoría Absoluta, en manos de Toni Soler, que también tuitea cosas de lo más educadas y bien poco fanatizadas. Productora que ingresa anualmente unos 5 millones de euros de dinero público. Para situarnos, el presupuesto anual de la Generalitat para políticas feministas es de 10,5 millones de euros. Sí, Albà sí que se gana la vida con dinero de todas las catalanas y de todos los catalanes.
Dice también que no ha hecho comentarios homófobos, mientras todo el mundo tiene acceso a sus tweets en los que se refiere al líder del PSC, Miquel Iceta, como "bombolleta ballarina", además en femenino. Si quiere ir a los tribunales, ya puede ir haciendo vía.
Dice, por último, que como ciudadano ejerce su derecho a la libertad de expresión. Por supuesto. Y como persona que aparece en TV3 y cobra por hacerlo, también está obligado a cumplir con lo que dice el libro de estilo de los medios públicos de Cataluña, que afecta no sólo a la plantilla, sino también a los colaboradores.
En este sentido, la JSC vuelve a pedir al Consejo del Audiovisual de Cataluña que tome medidas de forma inmediata, ya que una televisión que pagamos entre todos y todas no puede promocionar personajes que se dedican a insultar y a difamar con el más puro estilo de la extrema derecha a aquellas personas y dirigentes políticos que no piensan como él.