El Festival de Música Popular y Tradicional, FIMPT, ha finalizado su 41ª edición con la inequívoca sensación de haber sabido volver a conectar, una vez más, con su público más fiel quien, desde el primer día hasta el último, ha llenado los espacios del festival para disfrutar de una programación a la altura de lo que representa este evento musical, tanto para la ciudad, como dentro del mundo de la música tradicional y de raíz. Y lo ha hecho este año con un cartel que ha recuperado la "i" de internacional, con grandes nombres de la música africana y cubana, y que ha sabido conjugarlo con propuestas más cercanas, donde el mestizaje y la fusión de estilos han aportado su sello más característico.
La alcaldesa de Vilanova i la Geltrú ha destacado tanto el carácter internacional del festival como el hecho de que este año "el FIMPT vuelva a ser cabeza de cartel de festivales de música de raíz". Para Olga Arnau, la calidad de las propuestas y el hecho de que más de 9.000 personas hayan pasado por el festival durante los cuatro días demuestra que "el FIMPT camina y camina en buena dirección. Este año el cartel era puntero, y poder tener en Vilanova i la Geltrú a la cantante maliense Oumou Sangaré haciendo el único concierto de todo el estado, en su gira internacional, representa un gran éxito".
Para la concejala de Cultura, Mercè Mateo, el de este año ha sido un FIMPT de lucimiento, que ha superado las expectativas en todos los sentidos. "No solo en el ámbito organizativo y en afluencia de público, sino también con una programación de alto nivel. Ha sido un FIMPT que nos ha hecho lucir como ciudad. Hemos tenido una programación muy equilibrada, que ha cuidado el apoyo a la nueva creación, la música tradicional más cercana o las propuestas más arriesgadas. Y, además, hemos conseguido traer a la ciudad grandes nombres internacionales que nos han hecho lucir, como el concierto de los cubanos Compay Segundo o el de nuestra cabeza de cartel, la maliense Oumou Sangaré"
Mercè Mateo también se ha referido al homenaje que el domingo por la noche se hizo al exdirector del FIMPT, el vilanovés Miquel González, destacando el legado que ha dejado a la cultura popular de la ciudad. "Para mí Miquel González es cultura en mayúsculas en Vilanova i la Geltrú. Él fue uno de los padres del FIMPT, su director durante muchos años, y alma mater en la recuperación de la cultura popular tradicional, en el ámbito musical, en la ciudad. Nos ha dejado un gran legado". Si bien el grueso de los conciertos se han hecho en la plaza del Port, en un imponente escenario frente al mar, el FIMPT comenzó el jueves en la plaza de la Assumpció, en el barrio de la Geltrú. Primero, con el proyecto de un provocador de Adrià Grandia, procedente del Obrador de raíz de la Fira Mediterrània de Manresa y, después, con la fuerza de la joven cantautora mallorquina Mar Grimalt, ganadora de la edición 2021 del Concurso Sons de la Mediterrània.
De viernes a domingo el FIMPT ha tenido su epicentro en la plaza del Port. La Banda Mestre Montserrat y Dinapontus fueron los encargados de abrir la jornada del viernes, con la propuesta 50+20. Un proyecto de largo recorrido que fusiona banda y grallas, para conmemorar el 50 aniversario de la Escuela de Grallers de Sitges (2021) y el 20 aniversario de Dinapontus, la colla nacida en la escuela sitgetana. El cabeza de cartel de la noche fueron los cubanos Grupo Compay Segundo. La formación caribeña mantiene el legado del considerado el "patriarca de los soneros", en uno de los conciertos más esperados, y que más hizo vibrar al público asistente. Antes de ellos, en el espacio de la FIMPTeca gran actuación de Mamaluca baila. Un trío formado por Lismary Monson, Martín Losa y Màrius Milà, que ofreció versiones de música latina, donde no faltaron los boleros y las rumbas. Los conciertos del viernes finalizaron con el quinteto femenino Maruja Limón, residente en Barcelona supo conectar con los espectadores con un concierto vitalista, potente y reivindicativo, donde sus composiciones transitan entre los ritmos latinos, la música mediterránea, el pop y raíces flamencas.
La jornada del sábado comenzó al mediodía con el pasacalle, por las calles del centro de la ciudad, del alumnado de instrumentos tradicionales, de la Escuela y Conservatorio Municipal de Música Mestre Montserrat. Ya por la tarde, y nuevamente en la plaza del Port, el grupo de música folk Falsterbo, presentó Festival folk. El espectáculo con el que la formación está haciendo su gira de despedida de los escenarios. Sus canciones son patrimonio cultural de tres generaciones, y en su repertorio no faltaron las míticas "Paf, el Drac Màgic, Quan el sol es pon o l'Estranya joguina. Poco antes de las once de la noche, era el momento de la cabeza de cartel del FIMPT. Oumou Sangaré, conocida en todo el mundo por su música poderosa y reivindicativa, ofreció un brillante repertorio con elementos vinculados a la historia del rock y el blues, sobre todo el kamele n'goni, y sus herederos lejanos, el dobro y la guitarra slide. Después del concierto de la maliense, más voces femeninas. En este caso a cargo de Las Karamba, un grupo de seis mujeres formado en Barcelona, originarias de Catalunya, Venezuela, Cuba, Panamá y Argentina. Las Karamba hicieron bailar al son de la salsa, el txa-txa-txa, la timba, el son y la música urbana, desde una perspectiva social y femenina. Y en el espacio de la FIMPTeca, dos nuevas propuestas. La primera a cargo de Sara i els de la via per avall, que presentaron una propuesta con un repertorio que evocaba los tiempos pasados del barrio marinero de la ciudad, reivindicando la fusión entre el flamenco autóctono y el flamenco vilanovés. La segunda propuesta, que sirvió como clausura de la jornada, fue la del Electrogralla, de Roger Andorrà. Un provocador y más que original repertorio donde la música 'electrónica, el dance, el techno, el Groove o el funky se fusionan con el sonido característico de la gralla, trasladando este tradicional instrumento a una nueva dimensión musical.
El domingo de FIMPT comenzó en el castillo de la Geltrú con la Feria de Luthier y el encuentro de sacaires Firasac. Sonadores de sac de gemecs, flabiol y tamborí, junto con las formaciones Sons de la Cossetània y Cul de Sac protagonizaron un pasacalle por las calles del centro, que finalizó con un concierto a cargo de Ço de Botafoc y Galejant.
Ya por la tarde, Miquel Gil protagonizó el esperado concierto homenaje a quien fue director del FIMPT, el músico vilanovés Miquel González. En este concierto, Gil también quiso celebrar los 20 años de su primer trabajo en solitario: Orgànic. Un disco que ha dejado huella y se ha convertido en referencial para las nuevas generaciones. El otro plato fuerte de la noche fue el concierto de la Orquestra de Músiques d'Arrel de Catalunya (OMAC) La formación instrumental que reúne intérpretes jóvenes y punteros de toda los Países Catalanes, de los géneros tradicionales, jazz y clásico. La OMAC innova desde la tradición, produce sus propios conciertos y se convierte en plataforma de nuevos talentos. La propuesta de la FIMPTeca fue para Clau de Mar, el grupo de grallers vilanovins que destacan por desarrollar un estilo propio, con aportaciones influencias de otros grupos y músicos.
