El Ayuntamiento de Vilafranca del Penedès, a través del Servicio de Salud Pública, ha llevado a cabo una prueba piloto en una decena de establecimientos alimentarios de la ciudad con el objetivo de mejorar las condiciones sanitarias y la calidad del servicio que ofrecen.
Este proyecto innovador se ha desarrollado como complemento a las inspecciones sanitarias periódicas que ya se realizan habitualmente en bares, restaurantes y otros establecimientos del sector. Estas inspecciones siguen un sistema de valoración de riesgo: los establecimientos con peores condiciones o con productos de mayor riesgo reciben más visitas, mientras que los que presentan buenas condiciones sanitarias se inspeccionan con menos frecuencia.
Con el objetivo de reforzar la labor que se realiza durante estas inspecciones e impulsar mejoras reales y sostenibles, el consistorio ha encargado a una empresa especializada la realización de un proyecto formativo y de asesoramiento específico.
Los diez establecimientos participantes han recibido una visita inicial de evaluación, seguida de una sesión formativa de cuatro horas dirigida a todo el personal. Esta formación se ha centrado en aspectos claves detectados durante la visita previa, como seguridad alimentaria, buenas prácticas de consumo y calidad en la atención al cliente.
Tres semanas después, se ha efectuado una segunda visita para comprobar si se habían implementado las mejoras sugeridas. Los resultados han sido muy positivos: la mayoría de los establecimientos han pasado de una puntuación de riesgo alto a una de riesgo medio, lo que indica una mejora significativa en el cumplimiento de los requisitos sanitarios y de calidad.
Desde el consistorio se valora muy favorablemente la experiencia, que podría establecerse como una actuación periódica para seguir avanzando en la calidad global de los establecimientos alimentarios de Vilafranca.