"Vilanova i la Geltrú ha perdido un año". Este es el balance que presenta la ciudad días antes de cumplir el primer año del mandato desde la constitución "in extremis" del gobierno municipal de Esquerra Republicana con Junts Per Catalunya y la CUP. Un gobierno de tres partidos que tenían como único objetivo arrinconar al PSC como primera fuerza política de la ciudad.
Un gobierno hermético de mayoría absoluta donde la ausencia de liderazgo político y la poca voluntad de establecer un diálogo constructivo capaz de tejer y reconstruir una sociedad, a estas alturas, dañada por la situación global de pandemia en la que se encuentra inmersa, forman los elementos más exponenciales de lo que hoy es el gobierno de una ciudad sin ningún tipo de proyecto común, con tres partidos que tienen proyectos bien diferenciados entre ellos.
Priorizar los intereses de partido y obviar el consenso con el resto de fuerzas políticas, principales agentes sociales y económicos locales, o, incluso, entre los mismos socios de gobierno, parece que se ha convertido en el principal mecanismo de actuación de este gobierno municipal que hace poner en duda la transparencia, la unanimidad y la comunicación interna a la hora de tomar decisiones trascendentales en diferentes ámbitos de la ciudad.
Desgraciadamente todo esto tiene un efecto claro en la fotografía de ciudad abandonada y sin proyecto que ofrece nuestro municipio y que radica en la falta de respuesta a situaciones básicas como son el mantenimiento de calles, el alumbrado, la limpieza viaria, la degradación de espacios, el abandono definitivo de proyectos para recuperar el casco antiguo, el incremento desproporcionado de las tasas o la toma de decisiones erróneas en materia de movilidad como ha sido el caso de la intervención realizada en la Ronda Ibérica.
Durante todo este primer año, desde el PSC nos hemos ofrecido a abrir un proceso de diálogo y en positivo con la única finalidad de tener una ciudad más igualitaria, más justa, más participativa, más cohesionada territorialmente y con un claro acento de aprovechar la capitalidad. Un año de propuestas tangibles y viables de lo que creemos que se merece Vilanova i la Geltrú.
Así, pues, hace un mes y pico, el PSC de Vilanova i la Geltrú nos vemos en la obligación de elaborar y presentar al gobierno municipal un proyecto de "Pacto de Ciudad" que estuviera pensado exclusivamente para hacer frente a las nuevas prioridades que ha impuesto esta pandemia.
Un gran acuerdo con el que pretendíamos paliar y hacer frente a las principales adversidades económicas y sociales que está causando la emergencia actual en nuestra ciudad y que tenía como finalidad que ningún ciudadano ni ciudadana se quedara atrás.
Un documento cohesionador del cual todavía hoy no hemos recibido ninguna respuesta y que hacía implícito el posicionamiento y las demandas de los diferentes agentes socioeconómicos, así como de las diversas fuerzas políticas.
Por el contrario, hace apenas unos días, el gobierno presentaba un modelo de Plan de Choque que debería apoyar a la economía local y a cualquier persona o familia en situación de vulnerabilidad. Un proyecto que a la hora de la verdad carece de concreción y que, además, debería haber sido consensuado con el resto de partidos que formamos la oposición, aunque como ya ocurrió con las ordenanzas fiscales o con el presupuesto municipal para este 2020, por lo tanto es el plan de choque del gobierno, no del Ayuntamiento.
En definitiva, ya ha pasado un año desde que el desgobierno se ha impuesto en nuestra localidad. Un año donde Vilanova i la Geltrú parece ser una ciudad destinada al estancamiento. Un año donde lamentablemente se ha producido un divorcio entre el gobierno y la ciudadanía.
Juan Luis Ruiz
Cabeza de lista del PSC Vilanova i la Geltrú
 
    