Las residencias para personas mayores han sido uno de los espacios que más han sufrido la pandemia del nuevo coronavirus, produciéndose un número elevado de muertes. En el caso de nuestra ciudad también ha sido así, muriendo hasta hoy 32 personas residentes en estos centros. SOM VNG, en primer lugar, quiere expresar su pésame a todas las personas que han perdido a un familiar por la Covid19, especialmente a las personas en las residencias de nuestra ciudad. La rápida expansión y la letalidad de esta enfermedad en este colectivo no se debe solo al impacto que tiene sobre las personas mayores, sino a la situación en la que se encontraban los centros geriátricos en general antes de la pandemia, que tenían grandes carencias como la falta de plazas, la falta de personal, la precariedad y la falta de protección de las trabajadoras, así como una gestión en clave mercantilista, que buscaba más el rendimiento económico y no el bienestar de las personas. Esto, en cierta medida, también se ha producido en la residencia de gestión municipal de nuestra ciudad, incluyendo la precariedad en sus trabajadoras y la falta de recursos para llevar a cabo su tarea. Después de más de 40 días de estado de alarma, la situación no ha mejorado, aunque se valora positivamente el esfuerzo por hacer pruebas tanto a residentes como al personal, aunque por la gravedad de la situación, es evidente que han llegado tarde. Por otro lado, SOM VNG denuncia la falta total de protección de las trabajadoras. Son numerosas las denuncias que han llegado a la organización sobre la falta de equipos de protección individual, concretamente, la falta de mascarillas que tienen las trabajadoras del Servicio de Atención a Domicilio, que hasta hace pocos días solo disponían de dos mascarillas quirúrgicas para toda la semana (ahora disponen de tres), siendo estas de un solo uso y deberían utilizarse durante un tiempo máximo de cuatro horas. SOM VNG lamenta la mala gestión que desde la gerencia de AISSA y el gobierno municipal se ha hecho en esta materia. Por un lado, se ha afirmado que se han tomado medidas de protección que en ningún caso han existido. De haberse hecho, no se explicarían los números que tenemos sobre la mesa, con casi el 50% de las personas residentes infectadas por el nuevo coronavirus. Por otro lado, las personas dependientes que son atendidas en su domicilio, así como las trabajadoras que las atienden, se encuentran en una situación de riesgo desde el inicio de la pandemia, y aún a día de hoy siguen estando totalmente desatendidas, al no existir el foco mediático que hay sobre las residencias. SOM VNG exige que se dote de los equipos de protección individual suficientes a todas las trabajadoras, tanto de la residencia como del SAD, garantizando no solo mascarillas adecuadas (fpp2 o fpp3), sino también viseras y guantes suficientes -en la actualidad disponen de una visera-. Por otro lado, la contratación de más personal es urgente, para poder hacer una atención de mayor calidad, y que no exista una carga de trabajo tan grande, elemento que incrementa el riesgo de contagio. Es evidente que es necesario hacer una revisión en profundidad de este servicio municipal, dotando de los recursos suficientes a la atención de las personas mayores y personas dependientes. Esta medida, concretamente, debería implementarse con una revisión del presupuesto de 2020 que fortalezca la acción en este ámbito, así como reforzar la atención primaria sanitaria y la acción social para hacer frente a las consecuencias socioeconómicas de la pandemia.
