Sant Pere de Ribes iniciará el 9 de diciembre la implantación progresiva del nuevo modelo de recogida de residuos, en colaboración con la Mancomunidad Penedès-Garraf. El objetivo es dar un salto de eficiencia y sostenibilidad con contenedores inteligentes, camiones nuevos y un sistema de bonificaciones para premiar el buen reciclaje.
La alcaldesa, Ana Herrera, y el concejal de Urbanismo, Fran Perona, han presentado este lunes las novedades de un modelo que busca reducir el volumen de rechazo y aumentar la recogida selectiva, actualmente por encima de la media catalana pero aún lejos de los objetivos europeos.
“En un año generamos 8.500 toneladas de rechazo, y cada tonelada nos cuesta más de 100 euros de tratamiento. Hay que revertirlo con un sistema más eficiente y justo”, ha explicado Herrera, que ha subrayado que el municipio tendrá “contenedores nuevos, una flota moderna y una gestión más ágil y sostenible”.
Los contenedores inteligentes permitirán obtener datos en tiempo real y aplicar, una vez que el sistema esté plenamente operativo, bonificaciones de hasta el 30% en el recibo para los vecinos que reciclen correctamente.
El despliegue se hará de manera progresiva: “Nadie se quedará sin llave ni sin saber cómo funciona. El cierre de los contenedores será gradual e informativo”, ha asegurado la alcaldesa. Los contenedores se podrán abrir las 24 horas del día, sin limitaciones horarias, y podrán ser utilizados desde cualquier punto del municipio.
Más información, más proximidad
Para resolver dudas, el consistorio ha activado sesiones informativas para vecinos y comercios, además de un equipo de agentes medioambientales que darán apoyo presencial en los puntos donde se cierren las islas de contenedores.
Los establecimientos comerciales, por su parte, estrenarán también un sistema puerta a puerta, con recogida específica por fracciones (orgánica, papel, cartón, envases y resto).
El nuevo modelo busca preparar a Sant Pere de Ribes para los objetivos de 2030, cuando los municipios deberán alcanzar una tasa mínima del 60% de reciclaje para evitar sanciones europeas.
