El pasado 27 de noviembre, el Pleno Municipal aprobó, inicialmente, la propuesta de modificaciones urbanísticas que deberían permitir llevar adelante el enésimo proyecto presentado en relación al uso del espacio del antiguo Autódromo de Terramar, inaugurado en 1923, transformado en un complejo dedicado al mundo del caballo. Nuestro concejal, Josep Graells, se abstuvo, ante la inacción del gobierno municipal socialista, que una vez más, envió la documentación solo unas horas antes del pleno, cuando precisamente se trataba de docenas de documentos técnicos que debían analizarse en detalle.
Durante los últimos meses, hemos trabajado y analizado la documentación, nos hemos puesto en contacto y hemos escuchado a los vecinos y vecinas de Rocamar y Les Minivilles. Ahora sí, podemos posicionarnos y decir que no vemos nada claro este proyecto.
En primer lugar, el proyecto plantea ciertos usos urbanísticos en el interior de la pista, que por otro lado está catalogada como Bien Cultural de Interés Local y por tanto protegida al amparo de la LEY 9/1993, de 30 de septiembre, del patrimonio cultural catalán. Por ello, entendemos que el cambio de usos puede desvirtuar y dañar el elemento primordial a proteger del conjunto: La pista.
En segundo lugar, un proyecto como este debería tener en cuenta a los vecinos y vecinas afectadas. A modo de ejemplo, los residentes en Les Minivilles no han sido consultados y en la última propuesta, la calle que pasa por delante de este núcleo, se convierte en el principal acceso al espacio del Autódromo. Es decir, el proyecto puede hacer un cambio radical en la movilidad de la zona. Además, la cuestión de los accesos al Autódromo no es un tema menor, pues estos atravesarían una zona agrícola y forestal por la zona de la riera de Ribes, obligando a proyectar un talud para evitar los riesgos de inundaciones, que creemos, no valora suficientemente el impacto grave medioambiental.
Un proyecto como este y con proyección de futuro, debe respetar el entorno y tener en cuenta cuáles son los principios de desarrollo urbanístico fuera de áreas urbanas, que en estos momentos y con visión de futuro tenemos en Cataluña, como es patente en las últimas moratorias urbanísticas promulgadas por la Generalitat. Lo decimos, dado que en la documentación se habla de un cierto interés de ligar este proyecto con una supuesta nueva centralidad de Sitges, con más viviendas, oficinas y equipamientos comerciales. Incluso se habla de recuperar el antiguo apeadero del tren en Terramar, en Sitges. Y en ERC nos preguntamos ¿qué tiene que ver una nueva centralidad de Sitges con los caballos? En ERC no nos oponemos a una propuesta en torno al mundo del caballo a desarrollar dentro del Autódromo. Pero vemos el proyecto desmesurado y con más sombras que luces.
La clave de bóveda es qué gana, o qué pierde, Sant Pere de Ribes con todo este conjunto de modificaciones urbanísticas. Y lo que vemos es que este proyecto abre una puerta a la recalificación y posterior urbanización de un área agrícola importante y la consecuente especulación del suelo. Y es que esta área agrícola alrededor del Autódromo nos ayuda a conservar el paisaje y hace de corredor natural entre la llanura de Sitges y Els Colls-Miralpeix. Además, es una fuente de riqueza y que es fuente de riqueza, parte de las 925 ha de explotaciones agrícolas de nuestro municipio, el 50% de todo el Garraf, donde predominan los cultivos de viña. Si subes a la colina de Miralpeix, verás cómo la zona es un pulmón verde frente al océano de edificios residenciales que están asfaltando los antiguos campos de Sitges.
En conclusión, en ERC no vemos claro este proyecto y por esta razón hemos presentado alegaciones para su retirada. Anunciamos que o bien hay grandes cambios en su redacción o sino votaremos en contra en su aprobación definitiva.
Sección local de ERC en Sant Pere de Ribes