Ramon Ferrer: "Ha sido tan importante reactivar la economía como no dejar a nadie atrás"

23 de diciembre de 2021 a las 10:33h

Calafell, en la comarca del Baix Penedès, es un municipio complejo formado por tres núcleos: Calafell, la Playa de Calafell y Segur de Calafell. Se trata de una población abierta al mar que creció en la antigüedad bajo la sombra protectora de su castillo y el misterio de su villa ibérica. Tiene un marcado carácter marinero que alterna la tradición con la modernidad, lo nuevo y lo viejo, con una combinación equilibrada que convierte a Calafell en uno de los puntos más turísticos y con encanto de la Costa Dorada.

Su alcalde, Ramon Ferrer, explica en esta entrevista de qué forma han gestionado los primeros embates de la pandemia y, a pesar de la situación, cómo caminan con paso firme hacia un futuro que quieren construir más amable.

Superada ya la mitad del mandato, que ha estado fuertemente marcado por la pandemia de la Covid-19, ¿cómo valora estos dos primeros años al frente del Ayuntamiento de Calafell?

Como seguramente le dirá cualquier otro alcalde, la pandemia lo ha marcado todo y es muy difícil hacer diferencias. Hacía 9 meses que había comenzado el mandato y saltó todo por los aires. Incluso aquello que gobiernos que repetíamos mandato ya teníamos medio preparado desde antes de las elecciones. Hace cerca de dos años que estamos volcados en ello, lo cual no ha impedido, afortunadamente, que otros proyectos importantes para el municipio se fueran desarrollando, a pesar del parón o el retraso sufridos.

Gestionar el municipio lo ha sido todo menos fácil. Hemos estado condicionados por circunstancias complejas. En primer lugar, porque se detuvo cualquier obra pública, y muchos servicios municipales, al menos al principio, se redujeron a la mínima expresión para protegerlos de los contagios entre el personal y garantizar su continuidad. En segundo término, porque recursos económicos, como el remanente de tesorería, se destinaron a parar el golpe de la pandemia y no pudieron dedicarse a otras finalidades. Y en tercer lugar, porque con el Ayuntamiento cerrado durante meses y todo el mundo trabajando en casa todo era complicadísimo. Tuvimos que implantar un gobierno totalmente en línea en un fin de semana y, con todos los defectos imaginables, aún así salimos razonablemente bien.

Quiero decir que un factor condicionante importante, sobre todo en las primeras semanas de la pandemia, es que los ayuntamientos nos encontramos solos, casi abandonados. No teníamos ni la información de lo que pasaba en nuestros municipios, salvo lo que averiguábamos por nuestra cuenta, ni ningún apoyo de otras administraciones. Después, la situación se fue normalizando en esta faceta. Pero la avalancha de los primeros momentos, sobre todo la social, la teníamos que parar en buena medida los municipios.

Hubo decisiones que seguro que no eran como las que tenían que tomar los gobiernos de más arriba, pero que fueron difíciles. Pero que tomé cuando lo primero era salvar vidas, a pesar de que fueran impopulares o que costaran incontables burlas en las redes sociales. Fue duro, incluso en el terreno personal. Pero no pretendo tener ningún mérito especial: todos los alcaldes y ayuntamientos actuamos como mejor pudimos.

La pandemia ha traído una importante crisis económica. ¿Qué medidas se han planteado desde el Ayuntamiento para reactivar la economía del municipio?

Lo más importante que hemos hecho en este tiempo es un Plan de Rescate, que ha significado destinar más de 3 millones de euros a ayudar a las personas, las familias y el comercio, la restauración y las empresas locales, ante el golpe causado por la Covid-19. Por favor, no olvidemos que ha sido tan importante reactivar la economía como no dejar atrás a nadie. Con el Plan también se ha garantizado la realización de obras importantes y se ha ganado una situación financiera más cómoda para encarar las inversiones previstas para el mandato.

Ningún otro municipio parecido al nuestro, incluso más grande, destinó tanto dinero a salvar la situación. Y ha pasado lo mismo cuando hemos entrado en una segunda fase de recuperación, ya más propiamente dicha, de la actividad económica. Fuimos pioneros en hacer una campaña de bonos para comprar en el comercio local. Ya vamos por la segunda. Y en los dos casos, hemos puesto el doble de fondos que municipios que nos duplican en población. Sirva de ejemplo de nuestro compromiso.

¿Cuáles serán los proyectos prioritarios en la segunda parte de la legislatura?

Querría decir que la pandemia no ha significado que la primera parte del mandato fuera estéril. Hemos podido terminar obras importantes, como la de la acera montaña del Paseo de Segur o la del teatro Joan Colet, y poner en marcha otras, como la segunda y la tercera fase de la reforma de la calle Jesús. Sin olvidar la reapertura de la Casa Barral, con la nueva museografía.

Asimismo, hemos podido cerrar acuerdos para conseguir miles de metros cuadrados en manos privadas para que se conviertan en suelo para equipamientos públicos. Hablo de los terrenos de la Louie Vega o del Tennis Sant Miquel. Cualquier alcalde diría que son oportunidades cuyo beneficio se verá a largo plazo. Yo confío en ver resultados este mismo mandato. Y por eso trabajo.

En cuanto a nuevos proyectos... Durante la pandemia no hemos podido poner en marcha muchas obras nuevas, pero hemos redactado proyectos de forma que ahora se pusieran en marcha. Estamos licitando un paquete de obras por importe de 3,4 millones de euros. Corresponden a la renovación de las calles que quedaban pendientes en el centro del núcleo de Segur, a la construcción del centro cívico de las urbanizaciones Valldemar, Montmar y Brises, y a la construcción de un nuevo acceso peatonal a la Ciudadela Ibérica, más llano y seguro.

También será prioritario consolidar las municipalizaciones de servicios antes externalizados, entre las cuales hay tan importantes como la limpieza viaria y la recogida de basura, ya materializadas, como la del servicio de agua y alcantarillado, que acabamos de aprobar.

Han comenzado las obras del nuevo skatepark de Calafell. ¿Cómo será este equipamiento deportivo?

Será un equipamiento único en España, incluso de los mejores de Europa. Porque el proyecto es fruto del diálogo del Ayuntamiento con los practicantes de las diferentes modalidades deportivas que conviven en un skatepark, tanto locales como nacionales, e incluirá las novedades más recientes en este ámbito, las que no tiene nadie todavía. Habrá pistas para permitir las acrobacias más sofisticadas, pero a la vez facilitará la práctica por parte de patinadores de diferentes edades y nivel. Estamos seguros de que atraeremos patinadores de todas partes e incluso competiciones y exhibiciones internacionales.

Pero querría añadir que tanto en este mandato como en el pasado, hemos hecho una inversión importantísima en equipamientos deportivos. Hemos renovado integralmente el campo de fútbol Juan Ríos y el pabellón Joan Ortoll; hemos construido un nuevo gimnasio y una sala polivalente en el casco antiguo, y una pista de atletismo popular en el Parque del Vilarenc, entre muchos otros. Y tenemos nuevos proyectos que se iniciarán, y se acabarán, dentro de este mandato.

El Ayuntamiento ha presentado alegaciones contra las pantallas acústicas que quiere poner Adif en la vía del tren. ¿Qué alternativas proponen?

Nosotros no estamos en contra de la mitigación del ruido provocado por el paso de los trenes, todo lo contrario. Lo que decimos es que es una auténtica barbaridad levantar pantallas de cemento que hacen vez y media, o dos veces, la altura que tenía el muro de Berlín. Es más, no entendemos que Adif apueste por el sistema más lesivo para el entorno y que, a la vez, es el más caro.

Nosotros, como el resto de ayuntamientos afectados, reclamamos medidas que pueden ser igual de efectivas, pero con menos impacto, como protecciones transparentes o muros vegetales. Es más, insistimos en el hecho de que hay medidas para reducir el ruido en origen, es decir, en los mismos trenes, tanto en los sistemas de rodadura como de frenado. De hecho, en las alegaciones recordamos que en muchos países europeos se han aplicado medidas en el sentido contrario, es decir, insonorizando los edificios cercanos a las vías.

Calafell y Cunit piden una comisaría de Mossos y un parque de bomberos, servicios que actualmente son de alcance comarcal. ¿Por qué existe esta necesidad y en qué punto está el tema?

En el Baix Penedès, las ratios por habitante de mossos y bomberos son las más bajas del país. De hecho, no cumplen los mínimos que deberían cumplir. En la comarca hay los mismos mossos que en el año 2008, cuando se desplegaron. Ya entonces era insuficiente, pero es que la población se ha más que duplicado. Para cubrir catorce municipios, con más de 100.000 habitantes, disponemos de cuatro patrullas por turno.

La situación es aún más trágica en el caso de los bomberos. Hay cinco bomberos para cada guardia. ¡Cinco...! Si ve pasar dos camiones de bomberos juntos con las sirenas en marcha, piense que va la dotación de toda la comarca...

Es más, la comarca tiene una configuración costera e interior que hace muy difícil cubrirla con una única comisaría y un único parque. De hecho, la franja marítima del Baix Penedès tiene tanta población que justifica desdoblar los respectivos servicios.

¿Cómo está la situación? El departamento de Interior sólo se ha comprometido a reforzar los actuales servicios. Pero la realidad es que los efectivos prometidos sólo permiten sumar una patrulla de mossos a las cuatro existentes. Y al enviar un sexto bomberos a los cinco que tenemos por turno. Mejorar, mejoraremos, estrictamente hablando, pero la realidad es igual de penosa. Sigue siendo muy insuficiente.

¿Cómo ha ido la temporada turística de verano?

La temporada turística del pasado verano debemos reconocer que fue rara. Pero eso no quiere decir que fuera negativa. No fue como los veranos anteriores a la pandemia, pero mucho mejor que el verano de 2020. Quizás este año teníamos unas expectativas alimentadas por la marcha de la vacunación y la posibilidad de que se levantaran la mayor parte de restricciones. Y no fue exactamente así. A pesar de un julio flojo, el global del verano acabó siendo bueno, gracias a un agosto excelente y un buen final de la temporada alta. Después del verano, hemos mantenido una temporada baja razonable, a base de crear nuevas programaciones y actividades que han tenido buenos resultados.

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