Las Comparsas de Vilanova i la Geltrú han vuelto este domingo en su máximo esplendor. Por primera vez en la historia, han participado 10.016 parejas, cuatro mil más que el año pasado y unas 2.000 más que antes de la pandemia. Este año la plaza de la Vila ha vuelto a tener público, cosa que no pasaba desde 2020, y ha recuperado las coloridas batallas de caramelos. Esto no ocurrió el año pasado, porque el fabricante de los 'ecocaramelos', que tienen un envoltorio biodegradable y compostable, no tuvo suficiente margen de tiempo para hacerlos de colores y los hizo blancos. Este año, durante las más de tres horas que han durado las ocho guerras de caramelos, se han lanzado unas 125 toneladas de dulces, treinta de las cuales eran sostenibles.
Las comparsas han arrancado a las diez y cuarto de la mañana con la entrada de las barquitas, donde viajaban niños y niñas de entre 1 y 5 años. Hacia las doce y media se ha hecho la primera comparsa de niños, seguida de la correspondiente guerra de caramelos. El turno de los mayores ha llegado hacia la una y media y se ha alargado hasta pasadas las tres de la tarde. En total se han hecho ocho guerras de caramelos, dos de niños y seis de adultos.
Como cada año, y después de la tradicional tonada carnavalesca 'Turuta' previa a la guerra, la batalla se ha iniciado sin compasión al grito de "¡Comparseras y comparsers, la plaza es vuestra!". Tradicionalmente son los hombres quienes lanzan los caramelos, mientras las mujeres utilizan el mantón como escudo protector.Con las particularidades de cada agrupación, las chicas han llevado vestido o falda, claveles en la cabeza y el imprescindible mantón de Manila con el que se han protegido de los lanzamientos de los dulces. Como marca la tradición, los chicos se han vestido con camisa blanca, pantalón oscuro, chaleco o americana, el lazo o corbatín, la barretina y algunos de ellos la faja.El público vuelve a la plazaLa alcaldesa de Vilanova i la Geltrú, Olga Arnau, estaba visiblemente emocionada con el regreso a la normalidad de las fiestas y ha destacado que "este año, por primera vez, se han superado las 10.000 parejas", cosa que "no había pasado nunca". Otra vez el público ha podido ver las guerras desde la misma plaza, cosa que el año pasado no fue posible a causa de la pandemia. Este año, sin embargo, a diferencia de 2020, se han eliminado las gradas para los asistentes "por medidas de seguridad". Según la alcaldesa, "por las noches se registraban problemas" que han querido evitar.En esta ocasión, lo han vivido desde un lugar privilegiado los consejeros Carles Campuzano, Joan Ignasi Elena y Juli Fernàndez. Este último incluso se ha animado a entrar en la guerra del brazo de la alcaldesa.El punto más azucarado de este carnaval, que ya de por sí es dulce, ha llegado a las tres menos cuarto de la tarde cuando ha habido una petición de matrimonio desde el balcón del Ayuntamiento que ha desatado la alegría y los aplausos de toda la plaza.