El servicio de limpieza retiró el domingo de la plaza de la Vila unas 12 toneladas de caramelos. El dispositivo especial para dejar limpia la plaza trabajó 12 horas seguidas, con un equipo de 30 personas. La principal dificultad para la retirada de los caramelos han sido las temperaturas moderadas que han hecho que los caramelos estuvieran muy pegados.
"Ha sido un dispositivo intensivo" explica Marc de Arias, gerente de la Compañía de Aguas, que gestiona la limpieza viaria en VNG, "hemos tenido hasta 40 personas trabajando a la vez, ahora ya hemos bajado a equipos de entre 20 y 30 personas en cada turno, pero estamos trabajando 24 horas al día". El objetivo del despliegue es "intentar que la ciudad se recupere tan pronto como se pueda" dice de Arias, y detalla, "con 4 máquinas hidráulicas, más dos camiones cisterna hidráulicos, estamos poniendo todo lo que tenemos y a la vez incorporando elementos externos".
Las limpiezas se han organizado primero alrededor de los ejes verticales de la rambla, la calle de los Capuchinos y rambla Samà, y después en las calles transversales. Este ha sido el primer año que la Compañía de Aguas ha gestionado la limpieza especial de Carnaval, después de la internalización del servicio en junio del año pasado. "Por suerte la ciudad está acostumbrada a la fiesta y hemos estado muy acompañados por parte de todas las entidades y departamentos del Ayuntamiento" agradece el gerente de la Compañía, "nos lo hemos tomado como un reto como empresa, como un reto como servicio y tenemos que decir que todos y cada uno de los trabajadores han dado el 100%".
La previsión del servicio de limpieza es acabar entre el jueves y el viernes, teniendo en cuenta que aún quedan actividades de Carnaval como el Vidalot y el Entierro de la Sardina. "Suponemos que la ciudadanía lo entiende", apunta Marc de Arias, "cuanta más temperatura tenemos más dificultades con el caramelo, no son las mejores condiciones, pero es lo que tenemos y nos hemos adaptado".
Además, de aquí a unos días también se llevará a cabo la limpieza de los imbornales, para eliminar los restos de los caramelos que han ido a parar a las alcantarillas.