El alcalde de Vilafranca, Pere Regull, y el concejal de Derechos Sociales, Ramon Zaballa, acompañados de Montserrat Domènech, directora de los Servicios Sociales, y de Nati Santacana, coordinadora de Personas Mayores, presentaron ayer las memorias de los Servicios Sociales Básicos de Vilafranca correspondientes al año 2020.
En primer lugar, Ramon Zaballa ha querido destacar la capacidad de los equipos técnicos de la concejalía a la hora de "reaccionar y de reinventarse para adaptarse a la dura realidad, y el esfuerzo efectuado en estos tiempos difíciles, tal y como destacó en su memoria el Síndic de Greuges municipal. Tenemos un equipo profesional de gran nivel y le debemos hacer un reconocimiento". Zaballa ponía énfasis también en el incremento de la sensibilidad política hacia las problemáticas sociales y en la respuesta solidaria de la sociedad vilafranquina. "Entre todos hemos sabido dar una respuesta adecuada a la crisis derivada de la COVID-19", ha afirmado el concejal.
En cuanto a las cifras, durante el año 2020, los Servicios Sociales municipales han atendido a casi 4.500 personas y se han dado de alta 539 expedientes. Las problemáticas detectadas son múltiples pero destacan las económicas con un 77%, seguida de las de salud y carencias sociales con un 20%, respectivamente. También son remarcables las problemáticas de índole laboral y de vivienda.
En cuanto al Servicio de Orientación e Información (SOI), se han atendido a casi 900 personas que representan el 2,7% de la población de Vilafranca. En este periodo, se han producido 28 urgencias, 21 de las cuales han sido en el segundo semestre del año, coincidiendo con el fin del confinamiento. "Cuando la gente pudo salir, afloraron las demandas de tipo social", ha recordado Zaballa.
El concejal ha expuesto que cada vez la complejidad de los expedientes es mayor, ya que de media cada expediente responde a unas 6 problemáticas simultáneamente. Un 30,56% de los expedientes del equipo de tratamiento se encuentran en situación de cronicidad moderada.
En cuanto a la atención a la dependencia, los datos permiten afirmar que existe un aumento de los trámites, de la complejidad y de la fragilidad de las personas usuarias. El número de personas atendidas es de 993 y se observa una mayor claudicación familiar (familias que ya no pueden sostener una situación más tiempo) y un aumento en el deterioro cognitivo y conductual.
Los Servicios de Inserción Socioeducativa como la Casa pequeña, el Centro Abierto o el servicio SIS Adolescentes, considerados unos servicios importantes en la prevención de casos y en la implicación de las familias en su solución, destacan que han atendido a casi 600 personas. El nivel de satisfacción de los usuarios es de 9 puntos sobre 10.
En relación a las cifras económicas y de atención, Ramon Zaballa ha resaltado que el Ayuntamiento de Vilafranca ha aportado 378.000 euros en ayudas directas para urgencia social, centros de verano, catering social, pobreza energética, ayudas alimentarias, etc. En total, 55.000 euros más que en el año 2019, que se suman a las medidas emprendidas por otras administraciones.
Finalmente, el concejal de Derechos Sociales ha insistido en que los Servicios Sociales municipales han sido un referente en la atención personal. Los equipos técnicos del servicio, a pesar de tener unas ratios superiores a la media de poblaciones similares, han sido reforzados con una técnica a jornada completa. En total el equipo técnico está integrado por 37 profesionales (algunas personas a tiempo parcial) y el equipo administrativo dispone de 5 personas a jornada completa.
La COVID ha supuesto cambios en el servicio a nivel organizativo y de metodología de trabajo, el aumento de la atención telefónica y el incremento del trabajo en red. El hecho de que algunos servicios ajenos al ayuntamiento hayan estado cerrados ha comportado un mayor número de consultas y visitas a los Servicios Sociales Básicos.
Ramon Zaballa señalaba que "la contención de las listas de espera, que no llega a 10 días, es una muestra explícita del esfuerzo del equipo técnico para atender al mayor número de personas y con las mejores condiciones". Ponía énfasis también en la brecha digital como un elemento a trabajar y mejorar que afecta a la población más vulnerable socialmente y al colectivo de las personas mayores.