Nuestra ciudad se encuentra hoy en una situación de impasse. El anuncio de la retirada del actual alcalde al final de la legislatura, así como la actual composición del consistorio (con una alta fragmentación de opciones políticas: 4 concejales del PSC, 3 de CiU, 3 de Plataforma per Catalunya, 3 de Ciudadanos, 2 de ERC, 2 de Sí Se Puede, 2 de Som Poble y 2 del PP) hacen que la gobernabilidad del municipio sea complicada y que el día a día del Ayuntamiento provoque un desánimo generalizado entre los vendrellenses. Años y años de continuidad entre los alcaldes de la ciudad y la habitual discrepancia política han ido generando un clima de cansancio en la población, que ha ido viendo cómo el gobierno municipal se ha alejado progresivamente de los ciudadanos. Nos faltan liderazgos y nos falta un proyecto que ilusione: saber dónde queremos ir y qué queremos hacer.
Necesitamos un proyecto para El Vendrell, un proyecto fuerte y pensado sobre cómo debe encarar el futuro nuestra ciudad. Un proyecto que haga un análisis adecuado de la situación actual, exponga claramente las políticas públicas necesarias para cambiar la situación y planifique qué modelo de pueblo queremos construir. La tarea a realizar es ingente y seguramente el diagnóstico inicial sería fácilmente compartible: aumentar la seguridad ciudadana, luchar contra el paro crónico, dinamizar el comercio, revitalizar el centro histórico, reconectar con los barrios marítimos y todas las urbanizaciones, aumentar la cohesión social, fomentar el uso de la lengua catalana, mejorar los servicios asistenciales, incrementar la limpieza, potenciar la movilidad intraurbana e interurbana con transporte público... y todo ello con una deuda de 53 millones de euros que complica cualquier tipo de iniciativa que se quiera hacer.
Se acercan las elecciones municipales (que serán el 25 de mayo de 2019) y se prevé que la situación se vuelva aún aritméticamente más complicada. La presentación de una candidatura unitaria de los partidos favorables a la independencia podría, sin embargo, suponer un cambio en este panorama. En otros momentos, la unidad no tendría ningún sentido; actualmente, sin embargo, sabemos que una lista unitaria facilitaría la gobernabilidad del municipio, además de asegurarse la victoria en las elecciones. Y no se trata sólo de querer ganar, se trata de querer gobernar. No se trata de conseguir el poder, sino de conseguir la oportunidad para aplicar las medidas que se crean necesarias para devolver la ciudad a la posición que le corresponde dentro del mapa de ciudades de Cataluña.
Una lista conjunta es también una manera de defender nuestros valores. Más allá de las diferentes sensibilidades y trayectorias históricas, el consenso sobre la defensa de la democracia, los derechos civiles y las instituciones catalanas, así como la necesidad de un cambio en el estilo de hacer política (con más participación de los ciudadanos y con más transparencia) serían los valores fundamentales de esta lista, además de recoger el bagaje de los partidos que la conformen. Tenemos estos principios y queremos defenderlos desde nuestro Ayuntamiento.
Es más grande el futuro que nos une que el pasado que nos separa. Tanto el pueblo como el país viven ciertos momentos de desánimo. Recuperar la ilusión y el rumbo está en nuestras manos: Todo está por hacer y todo es posible, pero hay que arremangarse y ponerse a hacerlo.
Montserrat Sendra