El yacimiento de la Balma de la Griera, ubicado en Calafell (Baix Penedès), fue ocupado durante más de 100.000 años por los neandertales. Así lo han demostrado los investigadores del IPHES-CERCA en la última campaña arqueológica, en la que se han recuperado más de 1.500 restos de industria lítica y huesos de animales consumidos.
Las excavaciones han profundizado en el sondeo estratigráfico del yacimiento y han conseguido uno de los registros de ocupación humana más amplios del NE Peninsular. En esta campaña también se ha constatado la existencia de dos nuevos niveles arqueológicos de una antigüedad aún superior y con presencia de herramientas líticas, abundantes restos de fauna y evidencias de un uso intensivo del fuego.
La campaña, realizada entre finales de noviembre y mediados de diciembre, ha tenido un doble objetivo: por un lado, avanzar en el conocimiento de la secuencia de ocupaciones humanas en este lugar y, por otro, seguir la excavación en extensión del nivel Isla, donde se ha documentado la existencia de población neandertal datada entre hace 70.000 y 80.000 años.
Según los investigadores, en esta época se vivieron unas condiciones climáticas cálidas interglaciares muy similares a las actuales que dieron paso al último ciclo glacial.
Esta situación provocó una reconfiguración del paisaje y, a su vez, obligó a los neandertales a adaptarse ante el cambio climático. La investigación se ha centrado precisamente en comprender qué estrategias adaptativas adoptó esta población ante este contexto.
La intervención arqueológica en la Balma de la Griera se enmarca en el proyecto cuatrienal 'Transiciones culturales durante el Pleistoceno y el Holoceno en el litoral – prelitoral de Cataluña' y está vinculado a la Universidad de Barcelona.