Un hallazgo arqueológico en Calafell aparece en Science, la principal revista científica del mundo

13 de mayo de 2020 a las 13:50h

La revista Science, la publicación científica más importante del mundo, publica un artículo sobre los últimos hallazgos arqueológicos en la Cova Foradada de Calafell. El texto, que firman diferentes investigadores de centros de investigación de varios países, se centra en unos descubrimientos que podrían cambiar lo que se sabía de la transición entre la especie de los neandertales y los humanos modernos. Un avance en el conocimiento histórico, que se ha hecho en nuestro municipio y que ahora recibe el reconocimiento mundial al aparecer en las páginas de una revista científica del máximo prestigio.

La Cova Foradada es un yacimiento que comenzó a excavarse en 1997. A lo largo de los años, las instituciones nacionales y locales han financiado los trabajos arqueológicos, liderados por la Universidad de Barcelona (UB). La actual investigación ha recibido fondos de la Generalitat y el gobierno central. El Ayuntamiento de Calafell acaba de aprobar una nueva partida económica para estos trabajos. Actualmente, la dirección de la excavación está a cargo de Juan Ignacio Morales y de Artur Cebrià.

Su descubrimiento significó un cambio en el mapa del territorio donde se produjo el paso del Paleolítico medio al superior hace 40.000 años, y donde posiblemente tuvo lugar la interacción entre los neandertales y los Homo sapiens sapiens.

Ahora, el hallazgo que ha merecido la atención de Science es la de unos huesos de águila, probablemente usadas en la elaboración de un collar. Se trata de unos restos de más de 39.000 años de antigüedad. Este uso de las garras de águila como adornos podría haber sido una transmisión cultural de los neandertales hacia los humanos modernos. La novedad es que se trata de la pieza de este tipo más moderna que se ha documentado hasta ahora en el mundo neandertal y la primera localizada en la península Ibérica.

Esta circunstancia amplía los límites temporales y geográficos que se habían estimado para este tipo de ornamento de los neandertales. Se trataría "del último collar elaborado por los neandertales", en palabras de Antonio Rodríguez-Hidalgo, investigador del Instituto de Evolución Humana en África y miembro del equipo de investigación de un proyecto del Seminario de Estudios e Investigaciones Prehistóricas de la UB. Rodríguez-Hidalgo es el primer firmante del artículo en Science.

"Los neandertales usaron garras de águila como elementos simbólicos, probablemente como adornos de tipo colgante, desde el inicio del Paleolítico medio", explica Rodríguez-Hidalgo. En concreto, lo que se ha encontrado en la cueva Foradada son huesos de águila imperial ibérica (Aquila adalberti), con marcas que indican que habían sido manipulados para extraer las garras y hacer colgantes. Los restos encontrados corresponden a la pata izquierda de un águila de dimensiones importantes. Por el tipo de marcas, y por analogía tanto con restos de diversos yacimientos prehistóricos como con documentación etnográfica, los investigadores han determinado que el animal no se manipuló para el consumo sino con una finalidad simbólica. Las garras de águila son los elementos ornamentales más antiguos que se conocen en Europa, anteriores incluso a las primeras conchas de mar perforadas por los Homo sapiens sapiens en el norte de África. El hallazgo pertenece a la cultura châtelperroniana, propia de los últimos neandertales que vivieron en Europa, y que coincidió con el momento en que esta especie entró en contacto con los Homo sapiens sapiens, originarios de África y que se expandían desde Oriente Medio. De hecho, Juan Ignacio Morales, otro de los investigadores y firmantes del artículo, plantea que este uso de las garras de águila como adornos podría haber sido una transmisión cultural de los neandertales hacia los humanos modernos, que adoptaron esta práctica después de llegar a Europa.

Las garras de águila son consideradas los primeros elementos utilizados como adornos personales, en una práctica que se remonta a los neandertales y que se extendió por el sur de Europa hace entre 120.000 y 40.000 años. Ahora, en la Cova Foradada de Calafell se ha encontrado evidencia por primera vez de este uso ornamental de las garras de águila en la península Ibérica.

En esta investigación participan, además de la UB, investigadores de la Universidad Rovira i Virgili, el Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social, el Museo Nacional de Historia Natural de París, la Universidad de Salamanca, la Universidad de Calgary (Canadá) y el Centro Nacional de la Investigación Científica (CNRS) de Francia.

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