El Ayuntamiento de Calafell saca adelante este verano una intervención arqueológica en el yacimiento romano de Vilarenc. La intervención incluye una parte de consolidación y mejoras de seguridad, una de excavación y una de rotulación informativa. Los trabajos se realizan en colaboración con la Universidad de Barcelona, bajo la dirección del arqueólogo Jordi Morer.
La excavación se realizará en un sector del yacimiento que aún no ha sido investigado a fondo. Y, por su parte, la consolidación se realiza en los muros de los restos, que corresponden a una de las edificaciones del yacimiento. También se instalará una nueva red de protección de las cisternas subterráneas existentes en otro sector de este espacio.
Una parte de la actuación consistirá en delimitar un perímetro para proteger mínimamente los restos. No será ninguna valla, sino una cinta de cuerda, que haga visible que no debería entrarse. El yacimiento está muy "expuesto", ya que se encuentra en medio de un parque público y todo el mundo puede acercarse, incluso tocarlo.
Y finalmente, se instalará una rotulación informativa que explicará los principales rasgos de esta villa romana. Un yacimiento que fue excavado por primera vez en una fecha tan remota como el año 1883, cuando se encontraron los restos de un gran edificio, de más de 1.000 metros cuadrados. En 1967 se produjo el hallazgo fortuito de unas cisternas. Y en 1988 se localizaron los restos de otro edificio, también romano, a unos 300 metros de las cisternas.
Se trata de las construcciones de una gran finca agrícola, que fueron ampliándose a lo largo del tiempo, con tres momentos constructivos identificados. Los restos más antiguos parecen provenir de las dos últimas décadas del siglo I antes de Cristo.