La costa de Calafell realiza este verano una prueba piloto de unas boyas marinas que filtran el agua y retienen microplásticos. Es el primer lugar de Cataluña donde se experimenta con este artilugio, diseñado por una start-up de Torredembarra y que forma parte de una investigación de la Universidad de Barcelona.
Las boyas flotan sujetadas a las del balizamiento de la zona de baño de las playas, a 200 metros de la línea de costa, se orientan automáticamente contra la corriente y pueden retener partículas de entre 1 y 4 milímetros.
El teniente de alcalde de Ecología Urbana del Ayuntamiento, Aron Marcos, explica que el interés de estos aparatos es que "retienen partículas muy pequeñas, aquellas que no pueden retirarse del agua por otros procedimientos, y tampoco se acaban de disolver nunca, y que son además las que acostumbra a tragarse la fauna marina".
Marcos añade que "estas boyas tienen un funcionamiento que imita la forma como se alimentan peces como el tiburón ballena, que filtran microorganismos del agua del mar".
Este sistema tiene otra ventaja, además del de limpiar el mar. El plástico recogido es un elemento de muestreo que permitirá obtener datos sobre los tipos de plásticos que hay en nuestra costa, de dónde provienen, por qué corrientes marinas...
El concejal dice también: "Esperamos buenos resultados y cumplir expectativas. Las pruebas de laboratorio han sido muy positivas. Si todo esto se confirma, nos planteamos incorporar estas boyas al sistema de balizamiento del litoral de Calafell".
