Calafell ha puesto en marcha un proyecto para proteger la pradera de posidonia que hay frente a la costa del municipio, a 14 metros de profundidad y a unos 900 metros de la playa.
Una de las claves es la recuperación de ejemplares expulsados por los temporales de mar, los cuales son trasladados a acuarios donde se recrea el hábitat marino.
Este jueves han llegado al CREAC (Centro de Recuperación y Educación Ambiental) los primeros fragmentos de posidonia. En el marco de una prueba piloto, ahora comienza un lento proceso de recuperación que se alargará cerca de tres meses, hasta que los ejemplares estén en condiciones de ser devueltos al mar.
El proceso para replantarlos seguirá un método innovador basado en la colocación de varios ejemplares en una malla de coco biodegradable.
Durante los últimos meses, en el marco del proyecto ‘Posidonia Activa’, los investigadores han identificado y documentado una pradera de posidonia situada frente a la playa del municipio, “que ahora mismo está al 30% de su máximo esplendor”.
Lo lamenta el director del CREAC, Daniel Fernández Guibertau, que atribuye el declive al impacto de las redes de los pescadores y de las anclas de los barcos.
Para evitar que siga disminuyendo, la zona ha sido geolocalizada, se ha comunicado su singularidad a Salvamento Marítimo y los Mossos d’Esquadra para que la supervisen, y también se vigila en superficie a través de una cámara situada en lo alto de un edificio de primera línea de mar. Próximamente, se señalizará con cuatro boyas para advertir a las embarcaciones pesqueras.
Mientras blindan la pradera, los investigadores se han propuesto recuperar todos los ejemplares arrancados y que cíclicamente expulsan los temporales de mar. El fuerte viento y oleaje de esta semana, por ejemplo, ha traído hasta la arena una cuarentena de rizomas de posidonia que el CREAC ha recogido para comenzar su recuperación en unos acuarios especiales. Justo el lunes el centro recibía el visto bueno de la Generalitat para sacar adelante estos hábitats.
De momento han puesto en marcha dos acuarios con un total de mil litros de agua, con previsión de duplicar esta capacidad a corto plazo. Están iluminados con unas lámparas que recrean la luz que estas plantas reciben a 14 metros de profundidad, “donde sólo llegan los colores azules, lilas y verdes, ya que los amarillos y rojos dejan de penetrar por debajo de los 5 metros”, explica Guibernau.
Al mismo tiempo, en los acuarios se simulan pequeñas olas en un agua donde se controlan los niveles de sal, magnesio, calcio, hierro y sodio para garantizar los niveles óptimos para la supervivencia de la posidonia. Guibernau añade que también introducen CO₂ con una bombona para garantizar alimento a la planta.
Los ejemplares que llegan a las instalaciones del CREAC son anillados y geolocalizados, a la espera de ver su evolución durante los primeros días. Y es que, si hace más de 24 horas que están fuera del agua, no tienen opciones de supervivencia. Si responden al tratamiento inicial, los meses venideros pasarán a una segunda fase de replantación en una malla de coco biodegradable, “un método ecológico rompe con otros sistemas de anclajes basados en hierros”.
La intención es devolver las plantas al mar con esta malla al cabo de unos tres meses, siempre que los investigadores reciban el visto bueno del Ministerio de Transición Ecológica (MITECO).
Guibernau asegura que la recuperación de las praderas de posidonia es “fundamental” para la sostenibilidad del planeta, ya que recuerda que genera una gran cantidad de oxígeno para que los humanos puedan respirar: “Un metro cuadrado de posidonia emite más oxígeno que un metro cuadrado de la selva amazónica”.
Si el proyecto da buenos resultados, la intención de los investigadores es trabajar también el cultivo de nuevos ejemplares a partir de semillas y esquejes, instalando nuevos acuarios que sumen hasta 8.000 litros de agua.
El proyecto ‘Posidonia activa’ lo forman el CREAC, el Instituto de Ciencias del Mar, la UPC, y las asociaciones Oceánicos y Anèl·lides. Tiene la financiación del Ayuntamiento de Calafell.