El Ayuntamiento de Calafell reformará la normativa municipal vigente para aumentar la protección en las zonas que se están renaturalizando en las playas del municipio, así como las de cría de especies amenazadas, como el chorlitejo patinegro. El cambio implicará prohibir la entrada de los perros a estos sectores y poder sancionar este hecho.
El teniente de alcalde de Ecología Urbana, Aron Marcos, explica que "no tenemos nada contra los perros, se trata simplemente de ordenar el uso de las playas para que cada cosa tenga su espacio". Marcos añade que "las playas son lo suficientemente grandes y lo único que pedimos es que unos determinados sectores queden protegidos, porque son importantes tanto para la conservación de la arena como para la biodiversidad".
Según el concejal, "el problema no son los perros, sino que los propietarios no los lleven atados, con lo cual entran en las zonas protegidas. Y recordemos que, al fin y al cabo, los perros ya deben ir atados cuando pueden entrar en la playa, y con bozal si es el caso, y se deben recoger las deposiciones".
Además de prohibir la entrada a estas zonas protegidas, otro cambio consistirá en acotar el período en que los perros pueden acceder a las playas. Actualmente, la ordenanza dice que no pueden entrar durante la temporada de baños. En nuestro municipio, esta temporada comienza en Semana Santa, una fecha fluctuante en el calendario. "Pero los trabajos de naturalización deben hacerse antes. Igual que el período de cría comienza ya en el mes de marzo. Es necesario concretar el calendario de la ordenanza para poder salvaguardar estas cuestiones", dice el concejal.
El Ayuntamiento recuerda que solo es necesaria una escasa interacción humana para malgastar los esfuerzos que se están haciendo en las playas. Un simple ejemplo lo ilustra: el sistema dunar de recuperación de arena necesita años para crear un montículo de cinco centímetros. Y en cuanto a la cría de aves amenazadas, la principal causa de fracaso es la entrada de personas o animales en las zonas de nidificación, que hacen huir a los especímenes adultos que están criando.
Una parte importante del éxito de la cría del chorlitejo del año pasado está en el confinamiento domiciliario de la primavera pasada. Hacía más de treinta años que esta especie no hacía nidos en el municipio. Las restricciones de movilidad y un programa de vigilancia hicieron posible aquel milagro de la vida. En otoño, además, la renaturalización del sector de playa al poniente del Puerto de Segur dio paso a un prado de color rojo, formado por las especies Salicornia Ramosissima y Maritime Suaeda, que adquieren esta tonalidad en otoño. Fue un gran espectáculo, inmortalizado en cientos de imágenes en las redes sociales.
"Estos dos hechos son pasos importantísimos en el trabajo que estamos haciendo en las playas y, más allá de que las normativas estén para cumplirse, no podemos echar atrás cuando tanto hemos ganado", concluye Marcos.