Calafell está completando una primera iniciativa para recuperar la vegetación propia del fondo marino mediterráneo. Y es una iniciativa pionera e inédita, ya que consiste en criar posidonia en acuarios. Tanto haces de posidonia expulsados a la playa por los temporales, como semillas de esta planta marina.
Es el proyecto “Pulmón del Mediterráneo”, surgido de la iniciativa ciudadana, mediante los presupuestos participativos del Ayuntamiento, en la edición correspondiente al año 2022.
La posidonia es una planta acuática muy característica del Mediterráneo. Las praderas que forma son básicas para la biodiversidad, pero, además, resulta clave para la consolidación de las playas y prevenir la pérdida de arena. “Solo lo veíamos cuando el mar lo saca. En general, no, porque está bajo el agua. Pero este trabajo de recuperación es importantísimo. La prueba piloto que estamos haciendo está resultando un éxito”, explica el concejal de Ecología Urbana, Aron Marcos.
El concejal añade: “La posidonia es refugio de muchas especies, aporta oxígeno y además frena la fuerza de las olas cuando hay temporales. Y esto último es importantísimo, porque la experiencia nos enseña que reforzar las defensas naturales es lo que realmente funciona
Los haces de posidonia se reintroducen en el medio marino, después de estar unos meses en los acuarios del Centro de Investigación y Educación Ambiental de Calafell (CREAC). Fueron recogidos en el mar durante los meses de enero y febrero, además de semillas de la especie. En las instalaciones del CREAC se ha realizado una crianza cuidadosa para garantizar su viabilidad. La germinación se produjo entre junio y julio. Y ahora ya pueden volver al mar.
En concreto, se han sacado adelante 11 rizomas y 166 plántulas. Las plántulas son ejemplares muy jóvenes, de hecho el primer resultado de la germinación de una semilla. La mayor parte se trasplantarán, pero una parte permanecerá en el CREAC para seguir trabajando en ello.
Una prueba complementaria de este proyecto es el uso de materiales biodegradables para proteger las plantas cuando sean trasplantadas al fondo marino. Estos materiales desaparecerán cuando la planta esté arraigada.
En los próximos meses se hará un seguimiento de los ejemplares trasplantados. Y a principios de 2024 se recogerán nuevos haces y semillas para volver a realizar una crianza en las instalaciones del CREAC.