El Ayuntamiento de Calafell ha anunciado la presentación del proyecto de renovación integral del barrio de Cal Bolavà a la convocatoria de ayudas de la nueva Ley de Barrios de la Generalitat. Se trata de una actuación con una inversión global de 20 millones de euros, que se prevé financiar en un 60% por parte de la Generalitat y un 40% por el Ayuntamiento, y que se ejecutará de manera progresiva a lo largo de los próximos años.
El ámbito de intervención no solo incluye el propio Cal Bolavà, sino también la zona limítrofe del casco antiguo y el barrio del Sindicat, con el objetivo de culminar la transformación urbana iniciada con el primer Plan de Barrios que se llevó a cabo hace unos años.
El proyecto prevé una amplia gama de actuaciones urbanísticas, sociales y culturales. Entre las principales, destacan la rehabilitación de viviendas, la creación de nuevos equipamientos públicos, la renaturalización de espacios con ejes verdes, y la pacificación de una decena de calles para favorecer la movilidad a pie y la convivencia vecinal. También se incluyen programas de integración y fomento de la cohesión social para reforzar el tejido comunitario del barrio.
El alcalde de Calafell, Ramon Ferré, ha subrayado que la iniciativa quiere dar una nueva vida al barrio y mejorar su calidad residencial. “Para que sea un barrio con corazón”, afirma. Ferré ha destacado especialmente la importancia de las intervenciones en los edificios más antiguos: “Es un barrio con vivienda que ha quedado obsoleta y necesita desde ascensores a medidas contra la pobreza energética”, ha remarcado.
El alcalde también ha querido poner en valor la dimensión social del proyecto: “La actual Ley de Barrios tiene muy en cuenta la convivencia y la cohesión y esto implica también tener calles y plazas donde la ciudadanía pueda reunirse, los niños jugar como antes… Y una serie de grandes equipamientos, como la escuela municipal de música y el centro cívico que habrá en la Cooperativa Agrícola”.
Un barrio con historia
El núcleo de Cal Bolavà tiene su origen en una antigua masía agrícola del mismo nombre, edificada hacia 1870. A finales del siglo XX, parte de la finca se destinó a equipamientos educativos y culturales, entre ellos el Centro de Formación de Adultos.
Con el crecimiento urbanístico de la segunda mitad del siglo XX, el barrio recibió numerosos nuevos vecinos, muchos de ellos procedentes del sur de España, que dieron forma a una comunidad popular, diversa y con una identidad propia dentro del núcleo histórico de Calafell.
Con esta nueva apuesta urbanística y social, el consistorio quiere recuperar el espíritu de barrio y completar la transformación del Poble de Calafell, haciendo de Cal Bolavà un espacio más sostenible, habitable y cohesionador.