La Audiencia de Lleida ha celebrado este lunes el juicio a un hombre acusado de hacer tocamientos y lesionar levemente a una joven con quien había empezado a compartir piso en Lleida en octubre de 2020. La denunciante ha declarado que, el día de los hechos, se encontraba en su habitación cuando el acusado entró y la empujó violentamente sobre la cama. Una vez estirada, "me sujetó los brazos y me tocaba los pechos, la vulva y por el cuerpo", ha afirmado. Por su parte, el hombre ha negado los hechos declarando que sería "incapaz" de hacerlo. La Fiscalía y la acusación particular solicitan para el acusado una condena de 3 años de prisión por un delito de agresión sexual y un delito leve de lesiones. En cambio, la defensa ha pedido la absolución.
Los hechos juzgados se remontan a principios de octubre de 2020, cuando el acusado alquiló una habitación en un piso de la capital del Segrià donde vivía la denunciante. Ésta ha declarado que mantuvo una discusión con el hombre relacionada con un cambio en el contrato de alquiler de la vivienda. Según ha dicho, él le propuso una cena romántica para solucionar la situación, a la que ella se negó. Más tarde, el acusado entró en su habitación y la empujó con fuerza sobre la cama. Una vez estirada, "se tiró encima de mí y con sus piernas me sujetaba los brazos" mientras "me tocaba los pechos, la vulva y por el cuerpo" hasta que "conseguí apartarlo, levantarme de la cama y echarlo de la habitación", ha declarado la joven desde detrás de la mampara de la sala.
La denunciante ha afirmado también que los tocamientos fueron por encima de la ropa y que más tarde, cuando salió al pasillo, el hombre se restregó después de arrinconarla contra la pared. Además, la joven ha declarado que se le detectó una lesión en el hombro como consecuencia de los hechos.
Por su parte, el acusado ha negado reiteradamente las acusaciones. "Por supuesto que lo niego, sería incapaz de hacer eso", ha afirmado. Sin embargo, el hombre sí ha reconocido que aquel día accedió a la habitación de la joven, pero porque "me invitó ella". Aparte de esto, el acusado envió unos mensajes de WhatsApp a la denunciante los días previos a instalarse en el domicilio que la fiscalía ha calificado de "subidos de tono". Respecto a esto, el hombre ha declarado que su objetivo era ganarse la confianza de la inquilina para crear "buena armonía" y conseguir cambiar el contrato de alquiler del piso.
El juicio ha contado también con la declaración del joven que compartía piso con la mujer, aunque no coincidió con el acusado, y que la animó a presentar la denuncia a los Mossos. Según su declaración, la joven recibía mensajes "íntimos y amorosos" por parte del hombre y denotaba "miedo y ansiedad" después de los supuestos hechos. La sala también ha leído la declaración que la propietaria de la vivienda hizo a los Mossos y en la que "no cree que el denunciado estuviera tan desesperado por violarla el primer día que se instaló en el piso".
Con todo, la Fiscalía y la acusación particular han pedido para el hombre una condena de 3 años de prisión por un delito de agresión sexual y un delito leve de lesiones. Consideran que la declaración de la joven "coincide sin ningún tipo de contracción" con la que ofreció durante la fase de instrucción del caso y denotan que "aquella vivencia la ha impregnado y causado un malestar" así como la "sensación de haber sido agredida". Además, la fiscal y la acusación particular defienden que el relato de la víctima se sustenta con otras pruebas periféricas, como los mensajes de WhatsApp, la declaración de uno de los testigos o los informes médicos, que dan "veracidad" a los hechos.
Por su parte, la defensa ha pedido la absolución para el acusado porque considera que éste ha mantenido su versión de los hechos a lo largo de todo el proceso judicial y, en cambio, el relato de la mujer "no es creíble". Además, el abogado defensor ha señalado que los hechos "no han quedado acreditados".
Se trata de un juicio que se había suspendido hasta tres veces con anterioridad. Se da también la circunstancia de que el acusado ha sido trasladado a los juzgados desde el Centro Penitenciario de Ponent y por eso ha estado acompañado de dos Mossos durante la vista.
