Un centenar de funcionarios y trabajadores del Centro Penitenciario de Ponent han protestado tras las recientes agresiones que han sufrido por parte de presos. Se trata de casos de violencia física y también sexual que han llevado a la plantilla a una situación límite por la cual ahora piden soluciones a la Administración.
Los sindicatos han lamentado que la prisión de Lleida es la más antigua de Cataluña con carencias importantes en diferentes ámbitos, desde hace 10 años, sobre todo en lo que respecta al personal para asumir el elevado volumen de presos. Por eso piden la dimisión de la consejera de Justicia y que se adopten medidas de forma urgente para revertir la situación. La plantilla no llega a los 200 funcionarios y la prisión cuenta actualmente con unos 1.000 reclusos.
