En su periplo por las tierras de Lleida, la Llama del Canigó se ha detenido un año más en Tárrega para exaltar la gran fiesta en honor de los Países Catalanes. La capital de Urgell se ha mantenido fiel a la tradición de San Juan y ha ofrecido hoy un lucido recibimiento institucional al fuego traído desde los Pirineos por los ciclistas de la Peña Pedal de Bellpuig. Los actos se han trasladado esta vez al Camp dels Escolapis, espacio de grandes dimensiones que se ha ajustado a las medidas de seguridad sanitaria con aforo limitado y reserva previa de asiento.
La alcaldesa Alba Pijuan Vallverdú y el concejal de Cultura, Carlos Vílchez (que ha sido el encargado de encender el pebetero), han cedido el honor de leer el Manifiesto a los portavoces de Òmnium Segarra – Urgell, Montserrat Aloy y Albert Claramont. El texto, este año obra de la activista social y política Daniela Grau, concluye con esta frase: "Somos los Países Catalanes, una nación en marcha con diferentes ritmos y un mismo objetivo. Queremos los derechos y las libertades de las naciones libres e independientes". El público también ha disfrutado de la actuación pirotécnica de los pequeños Diablets de BAT y de una audición de sardanas con la Cobla Tàrrega.
La celebración de la noche más corta y mágica del año, organizada conjuntamente por Agenta y la Concejalía de Cultura, recupera poco a poco la normalidad en Tárrega. Así, este año se han podido recuperar actividades propias de la verbena como la Bajada de Fallas de Secà (que recrean el descenso de teas típico del Pirineo), el encendido de la gran hoguera, la cena popular, un concierto (con el hip-hop de Senyor Oca y el pop-folk de Inversen Band) y un castillo de fuegos.
