Seis años de la salida del arte de Sixena del Museo de Lérida

11 de diciembre de 2023 a las 09:12h

Ya hace seis años que la Guardia Civil irrumpió en el Museo de Lérida para trasladar las obras de Sixena al monasterio aragonés. Desde el verano de 2022, sin embargo, los bienes no se pueden ver, el monumento está cerrado por una rehabilitación y se desconoce el estado de conservación de las piezas. Desde la Generalitat se sigue lamentando su salida del equipamiento, donde estaban "bien preservadas" y se podían visitar. Por el contrario, el ejecutivo aragonés celebra en la ACN que estén en el lugar de donde "nunca deberían haber salido" y recalcan que se encuentran en "óptimas condiciones". Asimismo, precisan que la rehabilitación del monasterio está terminada y queda solo la ejecución de la museografía, que ya está presupuestada, lo que debe permitir su reapertura en un año.

Ya han pasado seis años de aquel 11 de diciembre de 2017 en que agentes de la Guardia Civil entraron de madrugada en el Museo de Lérida para asegurar que la comitiva judicial de la Audiencia de Huesca pudiera ejecutar provisionalmente la sentencia que obligaba a entregar 44 obras provenientes del Monasterio de Vilanova de Sixena para devolverlas al lugar de donde provenían. Hacía pocas semanas de la celebración del referéndum de autodeterminación del 1-O y Cataluña estaba sometida a la aplicación del artículo 155 de la Constitución.

Reabrir la exposición a finales de 2024

Fuentes del gobierno de Aragón consultadas por la ACN han asegurado que las obras de restauración del Monasterio de Sixena ya han terminado pero que aún no ha reabierto porque falta la ejecución del proyecto museográfico. El ejecutivo -ahora en manos del PP y Vox- ha incluido una partida presupuestaria para 2024 y el objetivo es reabrir a finales de año aunque apuntan que dependerá de los plazos de licitación y ejecución de los "proyectos pendientes".

En relación a las dudas sobre el estado de conservación de las obras, las mismas fuentes afirman que los trabajos que se han hecho en el monasterio tienen por objetivo la mejora del espacio de recepción de los bienes, que era provisional, con la adecuación de una nueva zona expositiva que reúne las "condiciones para la conservación de los bienes de arte", tanto en lo que se refiere a los aspectos climáticos como de seguridad. Asimismo, señalan que los controles de mantenimiento se hacen de forma mensual desde el Museo de Huesca. En este sentido, insisten en que el espacio donde se conservan las obras cuenta con un sistema de climatización "centralizado y controlado", y que esto hace que los bienes se encuentren en "óptimas condiciones".

Seis años después del traslado, el gobierno de Aragón hace una valoración positiva del caso, que ha permitido que las piezas se encuentren en el lugar de donde "nunca deberían haber salido" y recalcan que era una "cuestión de justicia" después de años de reclamaciones. En este sentido, recuerdan que ahora están a la espera de la resolución judicial sobre el traslado de los frescos de la Sala Capitular que se encuentran en el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC). Finalmente, dicen que no solo quieren mirar hacia el pasado sino hacia el futuro con el fin de conseguir el retorno completo de todas las piezas de arte aragonesas que aún se encuentran fuera de la comunidad.

Desde la Generalitat de Cataluña, sin embargo, se sigue lamentando que las piezas se marcharan del Museo de Lérida, donde habían llegado a través de contratos de compraventa "legales y legítimos". Según ha detallado a la ACN Sònia Hernández, directora general del Patrimonio Cultural del Departamento de Cultura, salieron de un equipamiento donde las piezas estaban "bien preservadas, conservadas y podían ser estudiadas" para ir a parar a un nuevo espacio con unas condiciones que "seguramente no son las mejores o no se garantiza la conservación como creemos que deberían tener". "Además, es una lástima que no se tuvieran en cuenta los criterios científicos y técnicos a la hora de hacer el movimiento de las piezas", sentencia Hernández.

Unas obras en "conservación preventiva" constante

Uno de los que vivieron con más intensidad aquella jornada fue el entonces conservador del Museo de Lérida, Alberto Velasco, que en una entrevista a la ACN lamenta que ahora las obras no se puedan ver y tampoco se pueda saber en qué estado se encuentran. Remarca que en Lérida las tenían constantemente en la "enfermería" y estaban "absolutamente cuidadas y vigiladas" por los técnicos del museo, que hacían actuaciones de "conservación preventiva". En este sentido, Velasco asegura que el interior del Museo de Lérida es como un "quirófano" que mantiene condiciones de temperatura y humedad estables que hoy en día no se encuentran en el Monasterio de Vilanova de Sixena.

Por eso, Velasco confía en que los técnicos del gobierno de Aragón sean conscientes de esta realidad ya que antes del traslado ya se sabía que las condiciones de conservación preventiva "no eran las adecuadas" en el monasterio, por lo que, está convencido de que habrán sufrido algún "proceso de degradación". El exconservador del Museo de Lérida señala que el Monasterio de Sixena está construido sobre una laguna, que propicia una humedad "terrible". En este sentido, apunta que hay referencias documentales del siglo XIV que dicen que las monjas que vivían allí lo pasaban muy mal y muchas enfermaban o morían. Antes del traslado, añade, desde gobierno de Aragón instalaron unos equipos de climatización "absolutamente domésticos" que no son suficientes por la falta de ventilación y sistemas de gestión del polvo que tenían las salas, a pesar de que no ha ido a Sixena desde que se llevaron el arte, porque no se siente "demasiado bien recibido".

La última vez que medios de comunicación pudieron tomar imágenes de las obras fue en febrero de 2022, durante una visita que realizó el entonces presidente del gobierno de Aragón, Javier Lambán, durante las tareas de reforma del monasterio. Se habían colocado unas vitrinas de vidrio encima de los féretros de las monjas, tres de las piezas más icónicas de la colección que ya estaban en un estado delicado de conservación.

Una dirección y una consejería marcada por el traslado

El hasta hace poco director del Museo de Lérida, Josep Giralt, que se retiró a finales de noviembre por jubilación, señaló en una entrevista a la ACN que el museo siempre se relacionará con la entrada de la Guardia Civil pero al mismo tiempo se mostró convencido de que había salido reforzado. En este sentido, destacó que los "espacios saqueados" habían sido renovados con obras de un nivel superior a las que había. Al mismo tiempo, se mostró convencido de que las piezas de Sixena ya no volverían nunca más a Lérida.

También en una entrevista reciente a la Agencia, el entonces consejero de Cultura Lluís Puig valoró que los seis años han estado marcados por un "desorden jurídico", porque nadie sabe qué se debe hacer con su caso procesal. A su entender, el caso ha supuesto gastos de las arcas públicas y que las piezas que estaban en el Museo de Lérida y se podían visitar ahora estén cerradas.

Lluís Puig también ve complicado que el Gobierno pueda llegar a un entendimiento con el nuevo ejecutivo del gobierno de Aragón si ya fue imposible con Javier Lambán, que era del PSOE. Aun así, dice que algún día se tendrá que dialogar para evitar que las obras "se acaben pudriendo". En este sentido, lamenta que cuando se politiza tanto una cuestión cultural se acabe sin encontrar soluciones. Añade que Lérida no olvidará nunca "el expolio" que sufrieron en diciembre de 2017.

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