Dos estructuras funerarias recortadas en el subsuelo, una de ellas con una urna cineraria de cerámica en su interior, son los hallazgos más destacados del Grupo de Investigación Prehistórica (ARQHISTEC-GIP) de la Universidad de Lleida (UdL) en la necrópolis tumularia de cremación de la Vall de la Clamor, en el término municipal de Soses. Las intervenciones llevadas a cabo en abril y julio en colaboración con Iltirta Arqueologia SL y estudiantes de la mención de Arqueología del grado de Historia de la UdL, han permitido ampliar en 237,5 m2 la superficie excavada y localizar nuevas estructuras funerarias, dos de las cuales se han podido excavar completamente. Desde que se descubrió el yacimiento, en 2003, el equipo de la UdL ha excavado un total de 28.
En cuanto a la urna recuperada en la primera de las estructuras, está cubierta por una tapadera de piedra trabajada para que encajara en el recipiente. "Es una pieza interesante porque está entera, en otros casos falta la parte de arriba porque han sido seccionadas por trabajos agrícolas u otras causas", valora la profesora lectora de Historia Antigua de la UdL y responsable de las excavaciones, Mònica Bouso. La excavación de su interior para poder recuperar los restos óseos calcinados que contiene se hará próximamente en el Laboratorio de Arqueología de la UdL.
En cuanto a la segunda estructura, el equipo de la UdL ha encontrado varios restos antropológicos calcinados. Concretamente, fragmentos rotos de huesos largos y de cráneo depositados directamente sobre la fosa. Desde que la UdL inició el estudio sistemático de este yacimiento, en 2019, se han analizado restos óseos de nueve estructuras funerarias. Con el estudio antropológico han podido identificar hasta ahora 4 individuos subadultos, 2 adolescentes y 1 menor de 4 años. "Si bien todos los individuos se sometían al ritual de la cremación, en algunos casos los restos se recogían y se colocaban en urnas cerámicas, mientras que en otros, se depositaban directamente en el interior de fosas excavadas en el subsuelo", explica Bouso.
La necrópolis de la Vall de la Clamor está ubicada a poco más de 500 metros del yacimiento del Gebut. Situada cronológicamente a caballo entre el bronce final y la primera edad del hierro, es muy probable que deba asociarse al núcleo habitado de Gebut, al menos en la fase final de ocupación, afirma Mònica Bouso, que añade que el estudio de ambos yacimientos permitirá saber más tanto de los espacios de vivienda como de los funerarios de las poblaciones que ocuparon la zona del Segre-Cinca durante este período.
Las excavaciones de este año realizadas en la necrópolis, donde también ha participado la antropóloga especialista en cremaciones de la universidad estadounidense de Drew, Lisa Monetti, forman parte del proyecto de investigación financiado por la Generalitat de Catalunya: Más allá de las cenizas: necrópolis tumulares del Segre-Cinca: arquitectura rural y sociedad siglos IX-VI), liderado por Bouso.
El proyecto, que pretende estudiar de manera específica el ritual funerario en la zona durante este período, incluye dos necrópolis de cremación más: Almenara (Agramunt) y La Colomina (Gerb-Os de Balaguer). Mientras que en Almenara se han realizado excavaciones desde 2015, en la Colomina se realizó una primera y única campaña a finales de los años ochenta. Ahora, este proyecto permitirá volver a intervenir en ella el próximo mes de septiembre.