Las obras de remodelación del espacio que ocupa el Pozo de Hielo de Alcarràs avanzan y hoy se ha procedido a la colocación de las planchas que protegerán el yacimiento. Los trabajos se encuentran ya en su recta final y muy pronto podrán ser visitados por los alcarrasinenses y por las alcarrasinenses, así como por todas aquellas personas que quieran conocer de primera mano lo que ha de ser un nuevo lugar arquitectónico emblemático de la villa.

El Pozo de Hielo de Alcarràs se descubrió de manera fortuita en el año 2016 durante unas obras de arreglo en la calle de los Timones, tiene planta circular de 7 metros de diámetro y, a pesar de haber perdido la cúpula original que lo cubría, destaca por una singularidad que lo hace casi único: la conservación del entramado que permitía apilar el hielo.

Esta estructura, formada por 17 troncos paralelos apoyados encima de diferentes soportes de piedra, se conserva casi íntegra e individualiza el pozo alcarrasinense como ejemplo de una actividad tradicional, la de la conservación y comercialización de hielo de origen natural, que funcionó en todo el país desde la segunda mitad del siglo XVI y hasta bien entrado el siglo XIX, época en la que se empezó a fabricar hielo industrialmente.