Un pueblo del Pirineo recupera el horno de pan después de 25 años

03 de enero de 2024 a las 08:39h

Estamariu (Alt Urgell), con poco más de 130 habitantes, comienza el año estrenando horno de pan artesano y bollería. El proyecto corre a cargo de una familia de Terrassa, con una larga experiencia en la co-capital del Vallès Occidental y que se instaló en el pueblo el verano pasado. Años atrás, los vecinos se proveían de este tipo de productos con el servicio que les prestaba un establecimiento de la Seu d'Urgell, que se los hacía llegar al municipio. Ahora, éste se ha convertido en el primero y, de momento, el único que hay en el pueblo, después de que la última tienda que había dentro del hotel cerrara hace más de 25 años. Una situación que también se da en varias poblaciones del entorno, a las que prevén llegar los propietarios de la nueva panadería.

La panadería se llama Ca la Xata, recuperando así el nombre con el que era conocida en Terrassa la abuela de Quim Sànchez. De hecho, él representa la cuarta generación del negocio de panadero, que ahora abre una nueva etapa en Estamariu después de haber apostado, él y su familia, por hacer "un cambio de vida radical". Asegura que el recibimiento que han tenido en el pueblo ha sido "impresionante" y que ellos están "encantados".

El horno pretende dar valor al producto de elaboración artesana, tanto del pan tradicional como de variedades integrales con nueces, centeno y espelta o productos de bollería como magdalenas, croissants o cocas de azúcar, entre otros. En este sentido, cree que abrir en este pequeño pueblo pirenaico puede ser positivo, en un momento en que en varios lugares se están produciendo cierres por el encarecimiento de los precios y la competencia que tienen de las grandes superficies.

Por su parte, Esther Masana ha comentado que están muy ilusionados con el nuevo proyecto, situado en los bajos de su nueva casa. Sin embargo, pretenden que los productos vayan más allá de la tienda física, haciendo reparto en los pueblos de alrededor. Así, la idea es idear diferentes rutas en función del día de la semana con objetivo de "llevar producto bueno y de calidad a quien lo pida", explica.

Masana afirma que el pan que hacen en su establecimiento no tiene "nada que ver" con el que se puede encontrar en las estanterías de un gran supermercado y concluye: "Si tenemos que hacer kilómetros para servir el producto, lo haremos". En la nueva panadería han querido recuperar otros elementos que han formado parte de su historia, como unas baldosas que tenían en el primer establecimiento que abrió la familia en Terrassa o la puerta de entrada al obrador, que también viajó desde el Vallès Occidental.