El Juzgado Mercantil número 1 de Lleida ha perdonado una deuda de 347.902,26 euros a una mujer que se vio atrapada en una situación de endeudamiento grave después de que su exmarido no pagara la hipoteca de una vivienda que ambos habían adquirido cuando estaban juntos.
Asimismo, cabe decir que inicialmente este juzgado sentenció en contra, argumentando que no podía exonerarla de una deuda hipotecaria, pero los abogados que han llevado el caso recurrieron contra esta resolución a la Audiencia Provincial de Lleida y la Sala les dio la razón, revocando esta sentencia y aclarando que cuando no hay bien, no puede haber deuda.
Cabe decir que durante el proceso de divorcio se acordó que él se quedaría con la plena propiedad del piso y asumiría el préstamo hipotecario, pero incumplió este compromiso, lo que provocó que la mujer a efectos de la entidad financiera, siguiera constando como deudora hipotecaria. De este modo, el juez aplica la Ley de la Segunda Oportunidad y la exonera así del pasivo insatisfecho.
"Recordamos que él se quedaba con el piso y se hacía cargo de la hipoteca. Yo me fui de la vivienda y cumplí con mi parte, pero él no cumplió la suya", explica la afectada.
Dos años después, "se produjo la sorpresa", cuando recibió la primera llamada del banco reclamándole el pago total pendiente."Me habría gustado hacer una dación en pago, pero no podía, porque el piso ya no era mío y, además, mi exmarido no quería pagar ni colaborar", añade.
Con el tiempo, se inició una ejecución hipotecaria que su abogado paralizó, "y esto hizo que la pesadilla se alargara aún más". Entonces, le hablaron de la Ley de la Segunda Oportunidad"y decidí buscar información y ayuda legal".
Por su parte, la abogada que ha llevado el caso, Marta Bergadà, explica que "la realidad es que muchas personas siguen apareciendo como responsables de una deuda que ya no les corresponde legalmente. En este caso, el banco exigía a una mujer que ni siquiera era propietaria del bien hipotecado".
Al recibir la sentencia que la exonera de la deuda, la afectada asegura que "me costó asumirlo, porque después de tantos años no me lo acababa de creer. Pero esta gran noticia supuso una gran alegría y ahora estoy muy contenta, porque podré empezar de cero y sentirme como una persona normal. Ahora veo el futuro con mucha más tranquilidad".