Este año celebramos, inapelablemente y con toda la plenitud que se merece, los cien años del nacimiento del escritor y farmacéutico de Agramunt Guillem Viladot. Ciertamente, dentro de la nación, tendemos a sentir con más intensidad las cosas que pasan más cerca de nosotros, pero no debemos olvidar –rehuyéndo, sin rodeos, la afectuosa mirada localista– que más que un referente simbólico de una ciudad o un territorio, Viladot es, por delante de cualquier otra consideración, una pieza clave del rompecabezas literario general y un eslabón imprescindible a la hora de explicar una cultura nacional. Una figura cuya notoriedad sobrepasa el ámbito estrictamente literario o local y se convierte, por la originalidad de su mensaje y por la innovación en su obra, en el artista total que contribuirá al despegue cultural del país, lo abrirá a las nuevas tendencias artísticas y lo acercará a otras culturas europeas de dimensiones equiparables.
Guillem Viladot, pues, desde la Vanguardia –con todos sus "ismos" y con Duchamp como referente– conecta íntimamente con muchas de las corrientes culturales y artísticas de su época; mientras que la búsqueda de nuevos caminos expresivos, ligada a las nuevas necesidades literarias del personaje, lo convertirán en un pionero en la poesía concreta, en la investigación artística que desembocará en un lenguaje basado en la forma y, finalmente, en el objeto. El mismo Joaquim Molas, en su Aproximación a la Literatura Catalana del siglo XX, ya presentaba a Guillem Viladot y Joan Brossa como poetas que "sustituyen, como final ineluctable de su aventura, la palabra por la pintura o la escultura".
Y, efectivamente, este es el Viladot que conmemoramos justamente ahora, cien años después de su nacimiento: el artísticamente innovador, el personalmente emprendedor y el culturalmente libre, para llevarlo arriba y abajo del país, conjuntamente con los Fuster, Català-Roca y Ferrater, porque todos ellos, desde su excepcionalidad intelectual, contribuirán y determinarán el desarrollo de una sólida cultura nacional.
Entre Guillem Viladot y el Institut d'Estudis Ilerdencs ha habido desde siempre una relación muy especial, que hemos mantenido en tanto que miembros de la Fundación privada Lo Pardal. Ya en su día, al comienzo de los años noventa, la Diputación organizó una exposición de poesía visual y destacaba la excelencia de Joan Brossa, Guillem Viladot e Iglesias del Marquet como los tres referentes catalanes. A través del IEI y en coedición con la Editorial Columna, se publicaron los 4 volúmenes de la Poesía Completa de Guillem Viladot, edición curada por el Dr. Joaquim Molas, se creó un fondo de imagen gráfica de toda la poesía objetual contenida en los tres edificios de Lo Pardal y se editó el catálogo Objetos de Compañía.
Por lo tanto, el mejor homenaje que podíamos tributar a Guillem Viladot, a cien años de su nacimiento, pero a veintitrés de su fallecimiento, no podía quedar, simplemente, en el gesto anecdótico o memorialístico, sino que debía profundizar en aspectos que explanaran, aún más, la obra y el legado viladotianos. Desde el año 2019, la Diputación de Lleida se hace cargo de la catalogación del fondo documental del archivo de la Fundación Guillem Viladot 'Lo Pardal' para ordenar "los papeles" de Guillem y para dar a la imprenta los originales inéditos que aparecen. Ya lo hicimos con la mirada puesta en el centenario, incrementando la dotación económica a la fundación y comprometiéndonos a ser una parte actora más del Año Viladot, con la organización de una exposición este verano en el IEI, participando en la edición de diferentes libros que irán apareciendo a lo largo del año sobre su obra y su figura, así como apoyando diversas acciones que entidades sociales y culturales del territorio para los cuales Viladot es este referente nacional que reivindicamos.
Porque es de esto de lo que se trata en estas celebraciones de los centenarios de nuestros creadores, que se mantenga viva la memoria y que todo su conjunto de obra crezca en lectores, sea motivo de estudio académico y que se ocupen los traductores. Con Viladot, en todos sus lenguajes, se mantiene viva la memoria de Riella. Una memoria que queremos se mantenga potente y presente mucho más allá de este 22 de conmemoración.
Joan Talarn i Gilabert, presidente de la Diputación de Lleida y alcalde de Bellvís