El lunes 28 de junio, día por la liberación LGTBI+, nos reuníamos por primera vez entidades del colectivo LGTBI+, Paeria y Diputación de Lleida, para reconocer el buen trabajo realizado en favor de la diversidad sexual y de género de diferentes entidades y personas que trabajan en todo el territorio en la defensa de los derechos de las personas LGTBI+. Fue un acto discreto pero el primero en el que las dos principales administraciones del territorio íbamos juntas de la mano de las entidades sociales compartiendo mensaje y visión de futuro.
No puedo empezar estas líneas sin reiterar el agradecimiento por la tarea de estas entidades, que muchas veces llenan los vacíos de las instituciones. La demarcación de Lleida es un territorio extenso, diverso y disperso y, por eso, hay que poner de relieve las entidades que han nacido en los últimos tiempos en todo el territorio y que, a la lucha por la visibilización del colectivo en lugares carentes de referentes, se suma el trabajo de tejer redes de apoyo y de impulsar espacios de relación y de cuidado en comarcas y municipios tan alejados y diferentes.
Estos días me es inevitable hacer balance y reflexionar sobre el hecho de que hace dos años se creó el Área de Igualdad de la Diputación de Lleida con el encargo de transformar el territorio, ofreciendo diferentes recursos a los municipios y consejos comarcales de la demarcación para promover la igualdad real y efectiva de toda la ciudadanía.
El camino desde entonces hasta ahora no ha sido fácil y nos queda mucho recorrido por caminar, pero tenemos claro que habrá que recorrerlo contando con todas y todos.
Somos plenamente conscientes de la complejidad de una transformación como esta. Al fin y al cabo, hablamos de cambiar una sociedad impregnada por el odio patriarcal y el machismo. Pero también somos conscientes de que la igualdad de derechos y oportunidades no es ninguna ambición utópica sino lo necesario en una sociedad que aspire a convertirse en democrática y justa.
Es hora de tejer alianzas si lo que queremos es dar respuesta a las reivindicaciones de todas las personas ubicadas al margen de la hegemonía patriarcal que nos oprime. Es evidente que nos queda un largo camino por recorrer, pero solo tejiendo estas alianzas estratégicas conseguiremos verdaderos avances políticos y sociales.
Hace días que los colores del arcoíris impregnan los espacios públicos; ojalá se queden. Mientras tanto, habrá que seguir visibilizando las exclusiones y violencias que sufren las personas con identidades, orientaciones o expresiones de género no normativas y cómo interseccionan con otras causas de discriminación, como el origen, la clase o la edad.
Hay que cambiarlo todo y por eso no hacen falta grandes puestas en escena ni palabras grandilocuentes. Hay que reconocer y aceptar la diversidad, ampliar la mirada, entender que cuando hablamos de derechos de las personas LGTBI hablamos de derechos humanos. No hablamos del derecho a amar a quien se quiera sino del derecho a existir, a sentirse y expresarse como se quiera, y no como se pueda o como nos dejen las normas sociales aceptadas.
Cada uno desde su espacio, debemos ir creando parcelas de tolerancia y respeto para que las Tierras de Ponent sean el territorio de derechos y libertades que deseamos. ¡Donde no quepan ni la LGTBIfobia ni la discriminación de ningún tipo!
Helena Martínez i Siurana Diputada de Políticas de Igualdad y concejala de ERC en Torrefarrera