OPINIÓN | Helena Martínez: "Complejamente independentista"

05 de diciembre de 2020 a las 12:32h

La identidad de una persona está constituida por infinidad de elementos que nos distinguen como seres únicos e irremplazables. Mi identidad no figura en ninguna parte (por mucho que algunos se empeñen en repetir "¿qué pone en tu DNI?"). De hecho, hay que hablar de identidades. Múltiples, diversas y seguramente complejas.

En todas las épocas hay personas que nos hacen pensar que una sola característica identitaria prevalece por encima de las demás, tan superior que merece denominarla como "identidad".

El 1 de octubre de 2017, cuando unos cuantos cantaban "a por ellos" lo hacían esgrimiendo la legitimidad por lo que consideraban una amenaza para su identidad. Estaban convencidos de que la unidad de su nación estaba en peligro y esta amenaza les legitimaba para hacer uso de la fuerza bruta que ejercieron para preservar la unidad. Precisamente porque muchos de ellos no han entendido nunca que cuando a una persona se le obliga a renegar de algún elemento de su identidad, como si solo hubiera uno bueno, es cuando exaltan los conflictos y cualquier cosa vale para defenderla.

No me gusta el adjetivo "netamente". Nadie es "netamente" nada. El independentismo es diverso y en ello radica su riqueza y su verdadero poder. Es transversal y eso nos da una fuerza inconmensurable.

Me niego a no percibir mi identidad integrada por múltiples y diversas pertenencias. Me niego a que mi mirada pueda ser cómplice de esta opresión. Me niego a que mi identidad esté calzada en negativo por un contrario.

Mi alma, mi ser, se conforma de muchas pequeñas cosas, verdaderamente significativas, que estructuran lo que soy. Esto no quiere decir que sean inmutables. Si las ordeno jerárquicamente, seguramente tendrán diferente orden dependiendo del momento en que me encuentre, dependiendo de la amenaza que haya para una de ellas en un momento concreto.

Podría decir algunas que determinan en gran parte quién soy y cómo soy: soy una mujer, independentista, republicana y de izquierdas.

Aunque todos estos elementos los pueda compartir con un gran número de individuos, nunca será la misma combinación para las mismas personas y esta es la verdadera riqueza de cada uno. Que todos y todas somos seres únicos, con muchos y complejos matices, pero irrepetibles.

Ninguna de estas características –mujer, independentista, republicana y de izquierdas− tiene menos valor que otra. Pero ciertamente, todas ellas y muchas más que no menciono, son indispensables para conformar cómo pienso y actúo.

Esta complejidad a la hora de definir mi identidad se pone constantemente en evidencia. Así, me cuesta pensarme en un país independiente si no es para construir una república feminista. Me cuesta pensarme feminista si no es anticapitalista. No puedo imaginarme de izquierdas sin querer alcanzar una república con justicia social. Hay que huir de purismos y definiciones que, lejos de acercarnos a la victoria, nos ahogan. Las miradas también pueden liberar. Hay que ampliarlas, sumar matices y ser valientes, incluso, para asumir contradicciones. En estas radica nuestra verdadera fuerza. Concebirnos como un movimiento integrado por personas muy diversas, con diversas y complejas identidades.

Conozco personas muy cercanas que dicen que no son independentistas sino que "están" independentistas. Porque nos han encontrado con otros elementos, otras pertenencias compartidas. Son la esencia del mensaje que trasluce el Volveremos a vencer, de Oriol Junqueras y Marta Rovira, esta apuesta por ganar el país que se ha querido simplificar en la expresión "ampliar la base". ¡Hay que tejer todas estas complicidades, ampliar la mirada, buscar luchas compartidas y convencer de que la única manera de alcanzarlas es la independencia!

Helena Martínez i Siurana

Diputada de Políticas de Igualdad y concejala de ERC en Torrefarrera

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