La comunidad musulmana de Lleida dio ayer el pistoletazo de salida al Ramadán, durante el cual no pueden comer, beber, fumar o mantener relaciones sexuales hasta que se ponga el sol.
El Ramadán tiene una duración de un mes, y su objetivo es poder meditar, rezar y leer el Corán.
Para celebrar el primer día de este mes, cinco miembros de la comunidad musulmana de Lleida subieron a la Seu Vella, y con un altavoz reprodujeron la llamada al final del primer día de Ramadán.
Este acto fue autorizado por el Ayuntamiento de Lleida, a pesar de que se tratara de saltarse el confinamiento y no obedecer las restricciones del estado de alarma.
El vídeo de este momento en lo alto de la Seu Vella ha sido difundido por las redes sociales, y tanto el Ayuntamiento como la comunidad musulmana han recibido cientos de críticas.