El primer día de la desescalada deja a los hosteleros de Lleida un sabor agridulce. Aunque ayer los bares y restaurantes ya pudieron levantar la persiana y montar sus terrazas, fueron pocas las personas que se atrevieron a sentarse en el exterior.
El plan de desescalada en el primer tramo contempla que la restauración puede volver a abrir pero con una limitación del aforo de un 30% en el interior y sin límite en el exterior. Esta decisión fue muy criticada por la Hostelería de Lleida afirmando que no se había tenido en cuenta las temperaturas de la ciudad.
Diferentes usuarios de la red social Twitter se han hecho eco de este hecho y han lamentado que las medidas escogidas por el Gobierno son insuficientes para la ciudad de Lleida. Además, han pedido que se busque una solución antes de que sea demasiado tarde para la restauración de poniente.


Nerea Moreno