Finales de septiembre del año 1936. Lleva noches dándole vueltas y ahora, a pleno sol del mediodía, ha tomado la decisión. Detiene buey y arado en medio del rastrojo; y llama a su hermano pequeño, que lo observa desde debajo de un nogal, en la orilla, y le dice que lleve el buey a casa y le diga al padre que se va al frente a defender la República con la Columna Macià-Companys. Así comienza la relación de Roman, mi padrino Roman, en Esquerra Republicana de Catalunya. Tardó nueve años en volver a casa: después de la guerra, el campo de concentración, para, más tarde, hacer la mili obligatoria para la "reeducación" impuesta por el fascismo y la larga posguerra.
El padrino Roman, hombre de pocas palabras, rememoraba los discursos potentes y encendidos de Víctor Torres, camarada suyo en el frente, pero era más importante para mí su manera de actuar, su ejemplo como persona: de una ética irreductible, forjada en el trabajo y el esfuerzo, y un fuerte sentido de la solidaridad por aquel que más lo necesitaba. Silencioso pero capaz de sacar adelante proyectos casi imposibles, se lo jugó todo para poder regar los secanos de la familia y se salió con la suya, aunque seguramente le costó la salud. Sé que es esta forma honesta de afrontar la vida lo que más influyó para que yo mismo acabara militando en este histórico partido.
La del padrino Roman y la de tantos hombres y mujeres de su generación y la posterior es la historia de muchos republicanos y republicanas que han trabajado con esfuerzo para poder sacar adelante un país surcado por las heridas de cada una de las batallas perdidas, pero sin embargo convencidos a seguir luchando, a no perder la esperanza de que la victoria tarde o temprano debe ser nuestra. Esta es la historia de los 90 años de Esquerra Republicana de Catalunya, de la organización y de las personas que le han marcado el carácter. Un partido que nació en 1931−en una conferencia de tres días iniciada en el Ateneo Republicano de Gracia y finalizada en el Fomento Republicano de Sants−, con la voluntad de unir las fuerzas del republicanismo combativo y el catalanismo de raíz popular a favor de forjar "una Cataluña políticamente libre, socialmente justa, económicamente próspera y espiritualmente gloriosa", en palabras del mismo Francesc Macià.
Y esta ha sido la Esquerra durante estos 90 años. La de los hombres y mujeres que no han cejado para conseguir el objetivo marcado en su fundación, llevando la antorcha encendida aquel marzo del 31 por Macià, Companys y tantos otros. Una antorcha que nos hemos ido traspasando de generación en generación con firmeza y orgullo y con la seguridad de que aquel objetivo un día será posible porque la gente de Esquerra Republicana de Catalunya llevamos 90 años enarbolando la bandera de la ética, el trabajo, el esfuerzo, la solidaridad y la capacidad de hacer posibles los retos más difíciles. Y demostramos esta voluntad siempre que se nos otorga la confianza popular al frente de las instituciones. Lo demostramos apostando de forma decidida por la gobernanza republicana, aquella que pone el ejercicio del poder al lado de la gente y que se fundamenta en la transparencia, la equidad y la justicia. Lo estamos haciendo desde la Diputación de Lleida y tantos y tantos ayuntamientos, y muy pronto al frente del Gobierno de Cataluña. Porque, cuando Esquerra toma las responsabilidades máximas de las instituciones, el país cambia y avanza. Cuando Esquerra tiene capacidad de decidir, la gente se ve representada con dignidad y firmeza.
Que estas líneas sean un homenaje a las mujeres y a los hombres que durante 90 años han llevado la llama del republicanismo catalán, porque Esquerra Republicana de Catalunya no es nada sin su gente. Porque Esquerra Republicana de Catalunya es el partido de todas las generaciones de catalanes y catalanas que no han perdido la esperanza de que hay un futuro de libertad y justicia para Cataluña. Así lo creyó el padrino Roman, así lo creemos los Joans, Estefanies, Mercès y Ferrans de ahora y así lo creen las nuevas generaciones de Gemmes, Paus y Martas.Joan Talarn i Gilabert, presidente de la Diputación de Lleida y alcalde de Bellvís