El Pleno del Ayuntamiento de Lleida ha aprobado inicialmente el reglamento del Nomenclátor, que regulará el procedimiento para realizar cambios de denominaciones de calles y la asignación de nuevos nombres de vías espacios públicos de la ciudad. La propuesta presentada recoge las enmiendas que han realizado los grupos del PSC y el Comú y la Asociación de Vecinos de Balàfia y ha obtenido 21 votos favorables y 6 abstenciones.
El paer en cap, Miquel Pueyo, ha subrayado que se ha realizado un reglamento que responde a un modelo de convivencia y de respeto a las libertades, que pretende integrar perfiles diferentes y que se trabajará a través del Consejo de Ciudad. El Pleno también ha aprobado una moción para el fomento de la transición energética en el municipio.
La teniente de alcalde y concejala de Presidencia, Jordina Freixanet, ha expuesto la evolución de este reglamento, desde que se constituyó la comisión de estudios en 1980 con el historiador Josep Lladonosa hasta que se ha constituido una comisión específica del nomenclátor dentro del Consejo de Ciudad, haciendo que este ámbito incluya el máximo consenso y participación ciudadana. En última instancia, se debe tener en cuenta que el cambio se hace efectivo a través de decreto de alcaldía, como recoge la Ley Reguladora de las Bases del Régimen Local.
Según Freixanet, el nuevo reglamento "ordena" los procedimientos y se ha elaborado con la voluntad de dar herramientas claras y participativas, con la especificación de algunos criterios como el de tener una igualdad de género, ya que solo un 6% de calles de la ciudad tienen nombre de mujer.
El jefe de la oposición, Fèlix Larrosa, del PSC, ha agradecido que la aprobación del documento se haya retrasado porque se quería llegar a un consenso y que se hayan tenido en cuenta las aportaciones de su grupo. La concejala del Comú, Elena Ferre, ha asegurado que el nombre de las vías "define lo que somos como comunidad" y dice mucho cuando hay nombres de escritoras o artistas o herencias bélicas, por poner ejemplos. Desde el PP, Xavier Palau, ha cuestionado algunos elementos que considera partidistas o ideológicos y desde Cs, Maria Burrel, ha puesto sobre la mesa que era necesario hacer un reglamento más comprensible.