O republicanos o socialistas. Lo han repetido durante toda la campaña y al final ha habido sorpresa: PSC primero, PP segundo y ERC tercero. Los socialistas han sido los claros ganadores de la noche con 9 concejales, mientras que el PP ha sido el partido que ha dado la sorpresa y ERC quien ha salido más mal parado.
La euforia en la sede socialista ha empezado desde que se ha hecho público el sondeo de las 20.00 y ha acabado estallando con el escrutinio terminado. El candidato socialista, Fèlix Larrosa, ha asegurado que notaba que la ciudad "pedía un cambio" y que ahora habrá que escuchar y hablar con todo el mundo, menos con Vox. A pesar de la victoria, el PSC necesita pactar o bien gobernar en minoría y jugar a la geometría variable. Larrosa, sin embargo, ha dicho que el objetivo es hacer un gobierno "fuerte" para "asumir los retos que tenemos". Asimismo, dirigiéndose a sus votantes entre gritos de alcalde, ha prometido estar a disposición de los ciudadanos y ha pedido que si "alguna vez no cumplo, me lo digáis".
La euforia de la calle Blondel contrasta con la tristeza de la calle Lluís Companys. Esquerra se mostraba optimista pero la realidad ha sido un jarro de agua fría. Tercera fuerza después de cuatro años gobernando. El candidato de la formación amarilla ha admitido que el resultado no ha sido el esperado y que "habrá que hacer autocrítica". Una autocrítica y un análisis de los resultados que, asegura, la harán en los próximos días. Pueyo ha advertido que lo que se ha producido en Lleida es un "giro a la derecha histórico" y ve con preocupación la entrada de la extrema derecha de Vox. No se lo esperaban y la decepción se palpaba en la sede, pero aquellos que son militantes históricos se animaban entre ellos: "volveremos a ganar".
Y entre estos dos partidos, también está Junts, que mantiene los cinco concejales. El mapa electoral en la capital del Segrià queda dibujado también con un concejal del Comú y dos de Vox. Desaparece así Cs y la CUP no consigue entrar.